En el lugar se puede observar las imágenes de lo que se pretende sea esa parte de la vialidad entre la calle 60 y el Remate del Paseo Montejo, las cuales no contemplan intervención alguna al longevo mercado, popular por los antojitos yucatecos que se expenden desde hace décadas.
La polvareda y el ruido han ahuyentado a los comensales que tradicionalmente acuden a degustar los platillos yucatecos a ese centro de abastos que hoy luce vacío, sin vida, y, con grades problemas añejos que ninguna administración gubernamental se ha atrevido atender.
Durante un recorrido que realizó Rompecabeza.mx por este mercado, se pudo constatar que los comerciantes se encuentran seriamente molestos, e incluso, se dicen engañados pues en una plática celebrada una semana antes, les aseguraron que no les romperían su estacionamiento sin previo aviso, lo cual al final no sucedió.
Según locatarios, quienes pidieron el anonimato, pues temen que las autoridades municipales los expulsen de sus puestos que son concesionados por el Ayuntamiento de Mérida, narraron el viacrucis que viven debido a la “porquería que se ha vuelto ese centro de abasto lo cual cada día se recrudece sin que nadie haga algo”.
Y es que hace unos días, un grupo de comerciantes se reunió con el titular de la Secretaría de Obras Públicas (SOP), Aref Miguel Karam Espósitos, donde le expresaron su molestia y su preocupación debido a que nadie les informó de los trabajos del corredor gastronómico, ni el Ayuntamiento de Mérida ni el Gobierno el Estado, pues alegan les afecta en gran medida.
“No vamos tocar el mercado, los trabajos son en la vialidad. Desde luego que la parte del estacionamiento se va a modificar, pero tendrá la misma imagen, va a tener intervención, pero no se va a distorsionar”, aseguró el funcionario estatal en esa reunión.
Asimismo, los comerciantes realizaron una serie de peticiones para el desarrollo de la obra a Karam Espósitos, tales como la entrega de un organigrama y el trabajo a tres turnos en el sitio, para que los trabajos terminen a la brevedad posible.
Sin embargo, el pasado 10 de julio fueron sorprendidos con la llegada de maquinaria pesada y un grupo de obreros comenzaron a destruir el estacionamiento construido en el periodo de la alcaldesa panista, Ana Rosa Payán Cervera, hace más de dos décadas.
La falta de palabra del funcionario enardeció a los comerciantes, quienes trataron de reclamar a los ingenieros que se encontraban en ese lugar, las eminentes afectaciones que tendrán en su economía por los trabajos del corredor gastronómico.
DESCONTENTO EN EL MERCADO
Rompecabeza,mx visitó la inmediaciones de ese centro de abasto, donde pudo atestiguar, la evidente molestia de los locatarios así como la afectación que ya sufren, puesto que el polvo, generado por la obra y el ruido incesante de la maquinaria ahuyenta a los comensales y los clientes que regularmente acudían a ese lugar.
“Estoy consciente que necesitamos mejorar, porque presumen que Mérida es la mejor ciudad para vivir, el problema es que las autoridades no hacen una encuesta previa, el problema es que no nos avisan, el problema es por qué en julio para hacer estas obras, que es un mes con más ventas en todo el año, porque no lo hicieron en otro mes donde no hay tanto turismo”, se De igual forma, se quejó de las exposiciones y ferias que se colocan en el parque se Santa Ana, toda vez que los comerciantes “no pagan renta, no pagan luz, no pagan nada, y nosotros pagamos de todo, ¿sabes qué? ¡Es una burla!”, señaló enojada una comerciante de artesanía.
Comentó que como locataria nunca se le informó de los trabajos, se fueron enterando por los medios de comunicación, por lo que pidió a las autoridades que los reúnan, les comenten, pidió de igual forma un organigrama para saber los horarios de los trabajos y puedan resguardar sus productos.
“El parque ya no es un parque de recreación, es un parque que ya agarraron de artesanías, están cómodos, mientras tú estás todo el año esperando la mejor época del año y que comienzan los trabajos”, dijo.
Otro de los comerciantes señaló que poco o nada se puede hacer para hacer entrar en razón a las autoridades, pues a pesar de las pláticas que sostuvieron para conocer del proyecto, las obras se pusieron en marcha.
“No se puede hacer nada contra las autoridades, nosotros tuvimos que insistir para que haya una reunión previa, pero esto ya es un plan bien planeado entre las dos autoridades porque el señor Renán Barrera hizo la parte del Remate, no perjudica mucho porque son casas que están remodelando los extranjeros, no hay mucho comercio y por la parte de acá que lo hizo el Gobierno del Estado, donde uno se queja y te dicen nosotros no tenemos nada que ver y así se tiran las bolita entre las dos autoridades”, señaló otro locatario.
Recordó la reunión que tuvieron con el titular de la Secretaría de Obras Públicas del Ejecutivo estatal, donde se evidenció que el Mercado de Santa Ana no está contemplado en el proyecto.
“Nos borraron prácticamente del proyecto, cuando tuvimos la junta previa, le expresamos al señor ingeniero (Karam Espósitos) la maqueta se ve muy bonita, el proyecto está precioso, pero el mercado no está contemplado en la obra, desgraciadamente el funcionario solo nos habló de vialidad, solicitamos una reunión con autoridades del Ayuntamiento para que nos explique si estamos contemplados, pero hasta hoy el Ayuntamiento no nos ha informado”, comentó.
También reveló que “las instalaciones del mercado están deprimentes, cuando llueve todo se inunda, se rebosan los sumideros, fétidas las aguas entre el estiércol y residuos de comida, por lo que, si vas a hacer una magna obra, tú debes hacer de acuerdo del entorno, porque de nada sirve que hagas una magna obra cuando el mercado se están cayendo”.
Este viernes dejaron estacionar a los autos donde estaba el estacionamiento, alrededor de las 10 de la mañana debido a la presión de los comerciantes pues sus ventas han caído.
Así en el olvido de las autoridades tanto municipales como estatales, en condiciones lamentables y con una nula esperanza de ser tomados en cuenta, los comerciantes del Mercado Santa Ana ven con impotencia cómo destruyen su centro de trabajo.