Desde el podio, el maestro Juan Carlos Lomónaco, titular artístico de la agrupación musical, dirigirá el programa número de 11 de la actual temporada los días 20 y 22 de mayo, en el Teatro Peón Contreras, que incluirá también el Preludio de la siesta de un fauno de Claude Debussy y la Sinfonía No. 4 de Robert Schumann.
La concertista invitada es originaria de la República Checa, donde inició sus estudios de flauta dulce a la edad de seis años, siguió con la flauta transversa a los diez y a los 14 años debutó como solista con la Orquesta de Cámara Jaroslav Kocian. Luego de sus estudios en los conservatorios de Kromeriz y de Praga, en el 2001 obtuvo la Licenciatura en Artes por parte de la Academia de Artes Musicales de la capital checa.
En 1997 formó parte de la Orquesta Berg en Praga, con la cual realizó varias presentaciones como solista. Ese mismo año participó en el Concurso Nacional de los Conservatorios, donde obtuvo el primer lugar. Es invitada frecuente a grabar la música de autores contemporáneos de su país.
Resultado de su dominio instrumental, Smolcakova ha ocupado desde 2002 la posición de flauta principal, primero en la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León y, desde 2016 hasta la fecha, en la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Ocasionalmente, desempeña la misma posición en la prestigiosa Orquesta Sinfónica de Minería en la Ciudad de México.
El Concierto para flauta de Jacques Ibert (1890-1962) representó, desde el punto de vista musical, un parteaguas, ya que representa la búsqueda de la libertad musical del compositor, lo que significó el rechazo de las dos corrientes artísticas predominantes en los principios del siglo XX, el Impresionismo francés y el Expresionismo alemán.
Dueño de un repertorio de obras de carácter jocoso, rimbombante y optimista, consideradas “ligeras”, de gran colorido, con melodías atractivas, como su Divertimento, Ibert creó el Concierto para flauta con una reducida dotación orquestal, pero con grandes exigencias para el solista, quien debe ser capaz de ejecutar rápidos pasajes y sostenidos interludios líricos.
En el inicio del concierto, la OSY interpretará una de las partituras que rompieron los esquemas de la estructura de la sonata y revolucionaron la música del siglo XX, el poema sinfónico Preludio a la siesta de un fauno del francés Claude Debussy, estrenado el 22 de diciembre de 1894.
Dicha pieza para orquesta compuesto por Claude Debussy (1862-1918) es considerada un hito dentro de la música moderna al romper moldes y formas convencionales, plantear un nuevo lenguaje y dar preponderancia a las atmósferas musicales.
Para ello, el compositor se inspiró en el poema L'après-midi d'un faune de Stéphane Mallarmé. A su vez, Debussy influyó en su colega Vaslav Nijinsky, quien creó para los Ballets Rusos de Serguéi Diáguilev una coreografía titulada precisamente La siesta de un fauno.
Según el compositor también francés, Pierre Boulez, la partitura de su compatriota marca el inicio de la música moderna. La melodía cromática en el solo de flauta de la obertura es uno de los pasajes más célebres compuestos para música orquestal.
“Se trata de ilustrar la secuencia de escenas sobre los sueños y deseos del fauno en el calor de la tarde. Cansado de perseguir el vuelo de las ninfas y las náyades, sucumbe al sueño en donde puede lograr al fin su deseo de posesión de la naturaleza universal”, escribió el compositor acerca de su obra.
El programa 11 tendrá como colofón la Sinfonía No. 4 de Robert Schumann (1810-1856), compositor alemán del periodo del Romanticismo musical que creó con ella su obra más acabada, la mejor de sus sinfonías, de acuerdo con musicólogos.
Todo un acierto y una experiencia musical representará escuchar esta obra que Schumann estrenó en 1841, la cual luego revisó y dirigió el mismo compositor en marzo de 1853 en Düsseldorf.
La segunda versión entusiasmó al público, convirtiéndose en una de las obras de Schumann más aclamadas, contribuyendo durante las siguientes décadas a hacer más famoso su nombre: tan sólo entre octubre de 1853 y finales de 1894, la obra fue interpretada por lo menos en 65 ocasiones en Europa y Estados Unidos.
La novedad de la obra, además de las secuencias grandilocuentes de los alientos metales, es la continuidad de los cuatro movimientos, sin pausas, como lo sugirió el compositor, con lo que dio un paso más en el desarrollo del género que habrían de revolucionar posteriormente Brahms, Mahler y Shostakóvich.
Las entradas para los conciertos están disponibles en las taquillas del Teatro Peón Contreras (150, 250, 300 y 350 pesos) o bien, a través de la página web www.sinfonicadeyucatan.com.mx