El décimo cuarto programa de colofón del primer ciclo de conciertos de enero a junio de 2022 incluirá también la Sinfonía No. 5, Op. 64 de otro grande, Piotr Ilich Tchaikovsky, bajo la dirección del titular artístico de la OSY, Juan Carlos Lomónaco.
Por la magnitud de las obras, el amplio reconocimiento de los compositores y el nivel artístico del pianista invitado, se trata de uno de los repertorios más esperados por los amantes de la música de concierto.
De esta manera, la máxima agrupación musical cierra con broche de oro el ciclo de 28 presentaciones con 14 programas diseñados para conmemorar sus 18 años de actividades profesionales.
El pianista invitado estudió en el Conservatorio Superior Municipal de Música de Barcelona y amplió sus estudios en la École Normale Alfred Cortot de París y en el Conservatori Liceu. De 1999 a 2003 continuó su formación en la Escuela Superior de Música “Reina Sofía”.
Obtuvo numerosos galardones en concursos pianísticos, entre los que destacan el primer premio en la 52º edición del Concurso Internacional “Maria Canals” (siendo el primer español en ganarlo después de 40 años) y su participación en el XV Concurso Internacional “Paloma O’Shea” de Santander.
Ha participado en festivales y ofrecido recitales en los auditorios de Barcelona, Madrid, Zaragoza, el Palau de la Música Catalana, la Filarmónica de San Petersburgo, así como en salas de Italia, Francia, Túnez, Bulgaria, Nueva York, Bruselas y Bogotá.
El Concierto para piano No. 5 en Mi bemol mayor, Op. 73, conocido como “Emperador” fue el último que escribió para ese instrumento Ludwig van Beethoven (1770-1824) entre 1809 y 1811 en Viena y está dedicado a Rodolfo de Austria, protector y pupilo del compositor.
El estreno ocurrió el 28 de noviembre de 1811 en la Gewandhaus de Leipzig. Un año después, Carl Czerny, alumno del compositor, presentó la obra en Viena. Por sus dimensiones sonoras, las exigencias técnicas y su proyección como una de las obras más representativas del Romanticismo alemán del siglo XIX, el concierto adquirió el sello de la inmortalidad.
Al lado de los célebres conciertos para piano de Mozart, Tchaikovsky, Chopin, Mendelssohn, Camille Saint-Saëns y Ravel, el de Beethoven es referencia obligada para todo intérprete del piano, instrumento del que el compositor fue un virtuoso.
El sobrenombre de “Emperador” no fue asignado por el propio Beethoven sino por Johann Baptist Cramer, el editor inglés del concierto.
El diálogo entre solista y orquesta es proverbial y el concierto transcurre entre la alegoría, lo sublime y lo grandilocuente, con una coda que resume el temperamento del creador, el principal exponente del periodo del Romanticismo musical.
Esta obra, que dura unos 40 minutos, junto con la Sinfonía No. 9, supone para muchos críticos la cima artística de Beethoven, al menos en el terreno orquestal y sinfónico.
Para cerrar el programa, la OSY elevará al público al firmamento musical con la interpretación de la Sinfonía No. 5 en Mi menor, Op. 64 de Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893) compuesta entre mayo y agosto de 1888 y estrenada en San Petersburgo el 6 de noviembre de ese año bajo la batuta del propio autor.
De aproximadamente 46 minutos, la composición de cuatro tiempos o movimientos es considerada la mejor sinfonía del autor ruso, la cual sólo puede compararse con la 6ta llamada “Patética”, en inspiración y perfección formal.
Las obras de Tchaikovsky se caracterizan por la belleza melódica, la sutileza rítmica, el dominio de la orquestación, el desarrollo temático en las sinfonías y la evocación altamente literaria de sus poemas sinfónicos. Al igual que en sus ballets y conciertos, Tchaikovsky se acercó al género sinfónico con maestría.
Los boletos para los conciertos del viernes a las 20 horas y del domingo a las 12 horas están disponibles en las taquillas del Teatro Peón Contreras (200, 300, 350 y 400 pesos) o bien pueden adquirirse en línea en la página web www.sinfonicadeyucatan.com.mx