Desde la zona arqueológica de Uxmal, que este año celebró 28 años de ser patrimonio de la humanidad, el gobernador, junto al director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, entregó a 200 bordadoras de 12 municipios del Estado certificados como transmisoras de los saberes culturales que son patrimonio y base de la organización comunitaria de la región.
El titular del Poder Ejecutivo estatal refrendó su compromiso de incluir el bordado textil maya en el inventario nacional del patrimonio cultural y avanzar hacia su reconocimiento por parte de la Unesco como Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Díaz Mena resaltó el trabajo y dedicación que, junto con la Unesco, la Fundación Banorte y el Gobierno del Estado, se desarrolló para crear este plan que tiene como objetivo garantizar que esta tradición no solo se conserve, sino que se fortalezca y florezca.
El gobernador anunció un esfuerzo conjunto con la Federación para que, a través de la Secretaría de Fomento Económico, las artesanas mayas tengan créditos que les permitan desarrollar e impulsar su actividad.
En presencia del representante de la Unesco, Andrés Morales, el director del INAH, Diego Prieto Hernández, destacó que esta iniciativa reconoce la autenticidad y originalidad del trabajo que desarrollan las mujeres artesanas, además de evitar que proliferen las malas imitaciones. El bordado maya yucateco es uno de los más diversos: 34 técnicas específicas y un número similar de variantes, del total de las casi 300 puntadas conocidas en México.
Puntualizó que el proyecto general se denomina Proyecto de Desarrollo Económico y Social con Perspectiva de Género sobre el Bordado Maya Yucateco, del cual derivó el Plan de Salvaguardia del Bordado Maya Yucateco, para generar políticas culturales, educativas, económicas y sociales que aseguren su viabilidad.
El proyecto general incluyó a artesanas de 12 municipios representativos con tres áreas: Patrimonio Cultural Intangible, Modelo de Negocios y Finanzas, y Masculinidades. De ahí partió el diagnóstico.
Se realizaron 36 talleres de diagnóstico y tres regionales, 85 sesiones de bordadoras trabajando en conjunto en el intercambio de experiencias y saberes. Fueron 320 bordadoras asistentes. Ellas mismas, en todos esos procesos, generaron una lista de 168 acciones para proteger y salvaguardar ese patrimonio cultural.