Los cuatro caricaturistas coincidieron en instar a los asistentes a su ponencia, a no cortar la inteligencia artística de sus hijos o hermanos, toda vez que el país necesita de exponentes de las artes gráficas para entender al país desde todas sus aristas.
Darío Castillejos expresó que tras el arribó de Andrés Manuel López Obrador, muchos sectores de la sociedad han criticado la poca “ferocidad” de los caricaturistas hacia el gobierno federal, lo cual consideró “no es así”, toda vez que por el contrario otras voces que antes estaban “aplacadas” ahora levantan sus señalamientos con intensidad contra el nuevo gobierno.
“Cualquier gobierno que aspira a convertirse en una democracia tiene que saber capitalizar la crítica, la crítica es necesaria siempre (…) el compromiso del caricaturista también es con la con la caricatura misma”, expuso.
Por su parte, Waldo recordó que el “oficio” del caricaturista tuvo gran prestigio durante el siglo XIX, sobre todo en los medios de comunicación, sin embargo, con la llegada de los medios digitales se han generado distractores e incluso, nuevos géneros dentro de las artes gráficas.
“Actualmente existen muchos medios digitales que nos distraen de las cosas, que, aunque sean ventajas también son distractores, eso, por un lado, y por el otro lado, existen nuevos géneros, han surgido nuevos géneros como la ilustración, como el cómic, el propio diseño gráfico que también no se han ido diluyendo en el entorno y pronto vemos el trabajo de otros artistas que no propiamente se dedican a la caricatura”, expresó.
Al ser cuestionados si debido a la aparición de las redes sociales virtuales el oficio de “monero” está en riesgo de desaparecer, Rafael Pineda “Rapé” consideró que por el contrario, existe un gran campo de oportunidad para las nuevas generaciones de caricaturistas a quienes les hizo un llamado a tener un gran bagaje cultural para que puedan generar la reflexión de sus lectores mediante sus trazos.
Consideró que a pesar de la gran cantidad de talentos que existen en el país solo 10 moneros son considerados dentro de las síntesis que llegan a las manos de legisladores de la cámara alta del Congreso de la Unión.
Por su parte, el caricaturista cubano Ángel Boligán, comentó que, con la aparición de las redes sociales virtuales, la censura que los moneros tenían en sus editores se logró abolir, sin embargo, la dependencia económica de los grandes consorcios periodísticos es aún latente en ese gremio.
Ante tal panorama, reveló que un grupo de caricaturistas planean reunirse en breve con directivos de Facebook e Instagram con el objetivo de conocer propuestas para difundir su arte y que ello les signifique un ingreso para poder comer, pues los “moneros no comen de likes”.