En lo que representa uno de los programas más destacados de la actual XXXII Tempo- rada de Conciertos, la OSY, con el maestro Juan Carlos Lomónaco en la batuta presentará también la Obertura Festival Académico de Johannes Brahms y la Sinfonía No. 2 de Tchaikovsky, los días 15 y 17 de noviembre en el Teatro Peón Contreras.
El director General del Fideicomiso Garante de la OSY, Miguel Escobedo y el maestro Juan Carlos Lomónaco dieron la bienvenida en su retorno a esta ciudad a Salvador Navarro, principal cornista de la Orquesta Nacional de España y destacado maestro de nuevos músicos.
El solista Salvador Navarro retorna al Teatro Peón Contreras con la Orquesta Sinfónica de Yucatán, con la cual interpretó en diciembre de 2017 el Concierto para corno No. 1 de Richard Strauss y ahora completará el ciclo con el Concierto para corno No. 2 del mismo compositor.
Como solista ha actuado con las orquestas Nacional de España, Sinfónica de Asturias, Clásica de Madrid, de la Comunidad de Madrid, de Extremadura, Banda Municipal de Madrid, de Cámara Española y Banda Municipal de la Coruña, entre otras.
Cuenta en su repertorio con los conciertos para corno francés y orquesta No. 1 y No 2 de Richard Strauss, el concierto de Reinhold Gliere, la Serenata para tenor, corno y orquesta de Benjamin Britten, el Concierto para 4 cornos de Robert Schumann, así como los con ciertos de Mozart.
Ha formado parte del jurado en los prestigiosos concursos de Narbona y Toulon y ha sido el primer presidente de la Asociación Española de Trompistas.
Respecto del Concierto para corno No. 2 de Strauss, el solista español reconoció́ que la obra entraña dificultades de interpretación, pero también es una de las más hermosas creadas para el instrumento de aliento metal que también se le conoce como trompa.
El Concierto para corno No. 2 fue compuesto en Viena en 1943, en plena II Guerra Mundial. A pesar de las duras circunstancias que rodeaban al compositor, la música escrita en esta época no revela en absoluto estas desgracias, sino que lo motiva a sobreponerse con esperanza ante la situación.
Uno de los méritos de esta obra consiste en el hecho de que la orquesta no es un mero acompañante del solista, sino que sostendrá́ un diálogo musical con el concertista, quien hará́ gala de pasajes de gran belleza y virtuosismo.
Richard Strauss fue un gran conocedor del corno o trompa, instrumento que admiraba y comprendía a la perfección gracias a su padre, quien durante casi 50 años fue el trompa solista de la Orquesta de la Corte de Baviera en Múnich, y uno de los grandes virtuosos de su tiempo, a quien por cierto le dedicó su composición.
Pese a no contar con estudios universitarios, el compositor recibió́ dos doctorados honoris causa, uno por la Universidad de Cambridge y otro por la de Breslau, ciudad polaca, que entonces pertenecía a Alemania, motivo por el cual creó una composición a la altura de la distinción recibida.
