La máxima agrupación musical del Estado contará con la participación, como solista, de la soprano Irasema Terrazas, quien interpretará los pasajes de la referida obra del austriaco Mahler, en sendos conciertos programados para los días 29 de noviembre y 1 de diciembre, en el Teatro Peón Contreras.
El director de la OSY, Juan Carlos Lomónaco y el director General del Fideicomiso Garante de la OSY, Miguel Escobedo, resaltaron la magnitud artística de las obras de Wagner y Mahler, y dieron la bienvenida como solista a la destacada cantante, quien ha obtenido diversos premios por interpretación.
Irasema Terrazas es dueña de una privilegiada voz que le ha permitido obtener los primeros lugares de concursos como el Concurso Nacional de Canto “Carlo Morelli”, en el Palacio de Bellas Artes. También ha sido honrada con los premios “Luis Girón May” a la mejor interpretación y el Revelación Juvenil.
Su trayectoria incluye Ópera y Opereta con la Compañía Nacional de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes y en la Temporada Lírica de Perú con cerca de 30 roles, entre ellos Pamina en “Die Zauberflöte”, Susanna en “Le nozze di Figaro” y Venus en “Ascanio in Alba” de W. A. Mozart.
También fueron aclamadas sus actuaciones como Adina en “L’elisir d’amore” de Donizetti, Leïla en “Les Pêcheurs de Perles” y Micaela en “Carmen” de Bizet, Musetta en “La Bohème” de Puccini y Hanna Glawari en “Die lustige Witwe” de Franz Lehar, entre muchos otros.
De las obras del repertorio sinfónico, el Maestro Juan Carlos Lomónaco destacó la inclusión de las obras de Richard Wagner, el cual es considerado uno de los grandes compositores del siglo XIX, cuya poderosa inspiración dio lugar a sus óperas de gran calado con gran aceptación del público.
El compositor austriaco Gustav Mahler inició el siglo XX con el pie derecho, con la determinación de darle mayor vitalidad a la sinfonía, un género musical que parecía ya agotado en sus posibilidades, pero gracias a su talento creador halló nuevas rutas de desarrollo y dimensiones sonoras excepcionales.
La Sinfonía No. 4 en sol mayor fue compuesta entre 1900 y 1901 siendo Mahler director de la Ópera de Viena. Es una de sus más cortas sinfonías, ya que la duración de sus cuatro movimientos es de unos 50 minutos.
Es una obra escrita para soprano y orquesta. De forma excepcional, con respecto al resto de las obras orquestales de Mahler, en las que emplea todo el poder de los alientos metales, la partitura no requiere la participación de trombones y tuba, y el contingente de instrumentos de metal es del tamaño habitual en la orquesta sinfónica del siglo XIX (cuatro trompas y tres trompetas).