El Tianguis Turístico fue el pretexto perfecto para que el gobernador Vila Dosal, presumiera cómo su administración ha fortalecido la infraestructura para el turismo de reuniones y convenciones en la entidad, al contar en el Centro de Convenciones “Yucatán Siglo XXI” y en el Centro Internacional de Congresos (CIC), dos espacios para albergar un evento como el que se desarrolla la capital yucateca desde el lunes y hasta el próximo sábado.
En la víspera de la inauguración del evento, el CIC se convirtió en un búnker protegido por el otrora Estado Mayor, reducido hoy a “ayudantía”, cuyos elementos, casualmente con cortes estilo militar y ropa de civil, cuidaban atentos que nadie cruzara el perímetro para el ingreso al mismo.
La Ayudantía junto con los organizadores del evento cuidaban la lista de los invitados a inauguración del llamado “Renacer del Turismo en México” luego de la pandemia que redujo dicha actividad a prácticamente cero.
A pesar de los vientos de cambio que enarbola el gobierno de la llamada cuarta transformación, el protocolo de los eventos donde acude el Presidente de México, es el mismo, para los medios de comunicación.
Y es que como pasaba con los gobiernos llamados por AMLO como “neoliberales”, se cita a los reporteros dos horas antes del evento, para después meterlos en una especie de corral, donde tienen que permanecer a la espera de que inicie el acto y si corren con suerte la ayudantía les permite ir al baño.
Tras dos horas de espera y con más de 10 advertencias del maestro de ceremonias de que los invitados portaran las pulseras que al ingreso eran colocadas para diferenciar a los invitados “vips” de los terrenales, se invitó a los asistentes a tomar asiento, pues López Obrador estaba por llegar.
Fotógrafos y camarógrafos apuntaban sus lentes a la puerta por donde ingresaron gobernadores, empresarios y funcionarios de primer nivel, sin embargo, de pronto, el enorme portón del salón donde fue el evento se cerró.
Confundidos los reporteros gráficos se miraban unos a otros, de pronto un hombre con corte tipo militar, moreno, vestido con una guayabera blanca, que contrastaba con el color de su piel, miró a uno de los fotógrafos que buscaban por donde ingresaría el Presidente de los Mexicanos, para señalarle hacia una pequeña puerta colocada en al fondo del salón.
A paso veloz ingresó López Obrador, junto con su anfitrión el gobernador Mauricio Vila, para iniciar un acto que se prolongó casi dos horas, debido al largo discurso del mandatario nacional.