En ese lugar se realizó una declaratoria donde el mensaje medular a México y al mundo fue que los pueblos mayas atacados por proyectos imperialistas son falsas promesas de desarrollo, no se venden, ni se rinden, pues las tierras y milpas de los indígenas mayas se han convertido en planchas de “cemento y muerte".
Mediante una declaratoria realizada en ese municipio, donde más del 50 por ciento de la población se mantiene del ecoturismo que generan los cenotes ubicados en este lugar, las activistas convocadas por el colectivo “Las Hijas de Rap", recordaron la situación que atraviesa esa comunidad.
“Este pueblo maya de 7 mil 670 habitantes llamado Homún se ha declarado custodio de los cenotes y hoy se encuentra en pie de lucha a través de la agrupación civil Ka´anan Ts´onot (Guardianes de los cenotes) quienes, en conjunto con la ONG Indignación, la ciudadanía peninsular y nacional que hoy nos apoya, y los pueblos mayas en resistencia, marcamos un alto a las políticas privatizadoras que atentan contra nuestro bienestar y nuestras tradiciones", expusieron.
Denunciaron que la actual política económica de re-industrialización de Yucatán ha llevado a la aprobación de una serie de mega proyectos que comprometen la salud de los ecosistemas que alberga la península, así como las riquezas naturales que en ellos se encuentran, la salud de sus pobladores, la flora y la fauna.
“Por ello, hemos respondido al llamado de nuestros hermanos y hermanas de las poblaciones vecinas de la península quienes, como nosotros, se encuentran luchando por defender sus territorios de las mal llamadas economías verdes. Reunidos en un encuentro histórico, en el antiguo pueblo maya llamado Ich Kan Sihó, ahora conocido como Mérida, hemos hablado con representantes de diferentes comunidades sobre nuestras no tan diferentes circunstancias", apuntaron.
Advirtieron que en todos los rincones del área maya y el resto de México se aplican “los mismos engaños, las mismas mentiras" para arrebatar de “nuestras manos" la tierra que fue trabajada y protegida por sus ancestros.
“Tierras de milpa y tradiciones convertidas en planchas de cemento y muerte", expuso el grupo de activistas que leyó la declaratoria de manera alterna.
“Emanado de dicho encuentro, a través de la Declaración de Jo", el pueblo maya peninsular amparó la vida de su territorio de las políticas públicas que la mercantilizan. Hombres y mujeres mayas de Mérida, Homún, Ticul, Buctzotz, Chablekal, Ebtún, San José Tipcéh, Muna y Bacalar declaramos que no nos rendimos ni nos vendemos", ahondaron.
Finalmente, indicaron que la lucha emprendida por las comunidades indígenas de México está sostenida por las raíces de un mismo árbol que nos alimenta, un árbol que se nutre de las aguas sagradas de los cenotes y de las voces sabias de la comunidad.”La unión hace la fuerza, y hoy somos más fuertes que nunca".
