"Se trata de un tema de sustentabilidad y agradecemos a la sociedad civil por su esfuerzo y aportación, para que juntos encontremos la mejor solución a este asunto", recalcó Díaz Montalvo.
El titular de Cultur dijo que el primer paso será la captura de los animalitos, el cual resultará el más difícil, porque habrá que propiciar que tengan confianza dándoles comida en unas trampas para que se acostumbren y luego se puedan activar, desde luego sin lastimarlos, para diagnosticarlos, darles tratamiento y determinar lo qué procederá con cada uno de ellos
Tras amplio recorrido por la zona a fin de ubicar a los canes, las agrupaciones pro animales acordaron realizar un “Plan Integral de Rescate” que defina, paso a paso y con tiempos precisos, lo que se deberá hacer para alcanzar el mejor resultado para las personas, para la zona y para los propios animales.
Las agrupaciones que acudieron son: “Adopta”, representada por Natalia Uprimng; Azalía May Ceballos, de “Cinco Patas” y Lourdes Durán, de Perpópolis. La agrupación que se sumó es Planed Pethood, cuyo director es el MVZ Antonio Ríos.
Durante el recorrido se contó con el apoyo del arqueólogo Juan Octavio Juárez Rodríguez, analista especializado de la zona de monumentos de Chichén Itzá.
Los expertos explicaron el Plan de Rescate implicará un proceso más a o menos largo y complejo, ya que implica realizar una serie de acciones desde atrapar a los animalitos, principalmente a los que están enfermos para diagnosticarlos y, según sus padecimientos, curarlos.
Otros podrán permanecer en la zona para mantener un equilibrio al impedir que otros se perros se acerquen, considerando que ya marcaron su territorio, y algunos más serán dados en adopción previo tratamiento integral.
Indicaron, que, por ejemplo, los que se queden en la zona deberán ser canes con collares que indiquen que están vacunados, además que deben estar bien alimentados, completamente sanos y no sean agresivos.
Señalaron que además de que se trabajará en la esterilización de los animalitos, también se abordará la capacitación para el personal de la zona, tanto del INAH como de Cultur, así como en la instalación de señalización. Pero también habrá que trabajar sobre la responsabilidad que debe tener la gente sobre la posesión de los animales, a fin de que los cuiden y no los dejen salir de casa.
Comentaron que por ahora la situación es controlable, ya que no son tantos perros, pero que ya comienzan a reproducirse y si no se toman cartas en el asunto, sí podría convertirse en un tema de salud pública.
Custodios del INAH señalaron que algo similar ocurrió hace unos 15 años, pero que por alguna razón los canes se fueron por sí solos, hasta hace seis meses que nuevamente comenzaron a llegar de nuevo por la comida que le dan los comerciantes y hasta los propios turistas.
Sin embargo, indicaron que cuando se suben al Castillo de Chichén es porque andan persiguiendo presas como algunas iguanas, un puercoespín o hasta algún zopilote, y que hasta ahora no han representado daño alguno a esa infraestructura milenaria.
"Sin embargo", comentaron no se descarta que más adelante pueda suceder y por ello hay que hacer algo.
Durante el recorrido, el primer contacto se tuvo con “Cachimba”, una perrita que viene a ser la mascota del personal del INAH, que no representa riesgo alguno, ya que se acerca a la gente de manera amigable.
Luego se toparon con otro perrito a quien llamaron “Bisqüit” quien tiene un tumor benigno en el cuello, pero que puede ser tratado. Otros tres más pequeños fueron hallados en la zona restringida del Cenote Sagrado, y aunque se les dio comida desde lejos, huyeron.