En compañía de miembros del colectivo Indignación, cerca de 50 defensores de la tierra -de los 300 que conforman el grupo- se apersonaron en los terrenos de Misné Balam con sendas ofrendas en agradecimiento a los resultados obtenidos a lo largo de un lustro de existencia.
José Anastacio Euán Romero, representante de la agrupación, recordó que Unión Chablekal se constituyó un 28 de agosto; y celebró que esté conformada por igual número de hombres que de mujeres; a diferencia del ejido, institución que únicamente admite féminas cuando éstas enviudan de sus maridos.
La lucha por la conservación del polígono que forma Misné Balam ha sido larga; y hace un par de meses se enteraron "de sorpresa" que el comisario anterior, Pedro Santana Trujeque, entregó el usufructo de 121 hectáreas -de las 286 que lo conforman- al empresario yucateco Carlos Abraham Mafud, situación que propició el enojo de los integrantes de la Unión.
"Lo que nos preocupa es que existe una medida precautoria para dicha área, dictada por el Tribunal Agrario, para que el ejido respete este monte en tanto no exista una respuesta definitiva por parte de la institución", comentó. Pese a la suspensión, el ejido decidió entregar esas 121 hectáreas al empresario, es decir, desobedeció la orden del juez.
Por su parte, Cristina Muñoz Menéndez, en representación del colectivo Indignación, señaló en entrevista con Rompecabeza que el impedimento de la venta de lo que queda del polígono de Misné Balam será una importante jurisprudencia, sobre todo para las nuevas generaciones y recordó que la asociación a la que pertenece tiene la labor de acompañar a los pueblos en el proceso de auto adscribirse como pueblos originarios.
"Durante siglos, los mayas solo eran campesinos, había un estereotipo del maya agrícola. Hoy uno se puede encontrar a profesionistas de todo tipo en la unión. Ellos no van a trabajar la tierra; no defienden una fuente de trabajo, ni hablan sólo de ecología; sino que construyen su proceso de territorialidad y pueblo", afirmó.
Asimismo, la académica añadió que "un pueblo sin montes, no es pueblo; sino una colonia", pues consideró que su frontera natural está constituida por los montes, "los jóvenes de Chablekal tienen un ciclo de formación diferente al de sus papás, y unidos dicen no a la venta de terrenos".
Posterior a la ceremonia tradicional, los integrantes de ambas agrupaciones celebraron con un emotivo convivio en el que intercambiaron experiencias y anécdotas relativas a su activismo. El menú fue variado: cochinita, chicharra en salpicón, entre otros platillos. Como plato fuerte se sirvió cabeza de res en pib. (Juan Manuel Contreras)
