En entrevista, declaró que “de mantenerse de Valladolid a Cancún la autopista habría perdido intereses comerciales”, por lo tanto para no afectarlos se desvió y se dirigiría directamente a Tulum.
El Tren Maya, proyecto principal para el sureste del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, contará con tres tipos de trenes distintos para atender necesidades diferentes en la región: de carga, de pasajeros y turístico.
La carga sería desde la zona de Yucatán hasta Coatzacoalcos, pasando por Campeche; mientras que para pasajeros desde Yucatán a Quintana Roo y el turístico a través de la Riviera Maya y Calakmul, en el corazón de la selva maya peninsular, en Campeche, explicó.
Flores Rangel recordó que el Estado retoma los derechos de vía de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT), para dirigirlos hacia esos lugares, aunque deberían agregarse tramos que no cuentan con esos derechos de vía.
Si, por ejemplo, se propone un tren más rápido entre Campeche y Mérida, actualmente de 20 a 30 kilómetros por hora en una vía con muchas curvas, entonces para un tren de 170 o hasta 200 kilómetros por hora para turistas se requeriría un trayecto más rectilíneo, lo cual causará más impactos al medio ambiente y las comunidades en el camino, dijo.
“El proyecto del estado que está siendo torcido, dirigido por intereses de capitales que van a invertir en ello, de acuerdo a necesidades propias del capital”, expresó, por lo tanto poco se toma en cuenta a las comunidades indígenas.
Con la expansión de la infraestructura de transporte significaría mayor impacto en la región con los proyectos de corte turístico inmobiliario, agroindustrial e industrial y, en menor medida, energético, comentó a Rompecabeza.
Rodrigo Patiño Díaz, investigador del Cinvestav Mérida y parte de Articulación Yucatán, indicó que aun no se describe de manera formal el proyecto del Tren Maya, aunque en el geovisualizador de los megaproyectos peninsulares Geocomunes sí está expuesto, e indica que esos sectores se articularían con el tren.
“Está pensado, desde las autoridades y las empresas privadas, en cómo tomar posesión del territorio, en efecto eso detonaría muchos efectos ambientales, principalmente, sociales también, y que no están basadas en información científica, técnica, sino en intereses económicos mucho más amplios”, aseguró. (Paul Antonie Matos)