Lugo Rodríguez expuso que los crímenes de odio han aumentado en México, sumando un total de mil 310 casos desde 2008 a la fecha, según registros periodísticos.
Lamentó que contra todo sentido, la sociedad mexicana acepta y justifica estos crímenes, donde los medios de comunicación magnifican y utilizan para vender sus espacios con titulares morbosos y agresivos.
El clérigo fustigó a las empresas editoras que venden y comercializan con esta información, demostrando una falta de ética y una violación a los derechos humanos y lastimando a las familias donde se presentan estos incidentes, muchas veces lamentables contra personas homosexuales y transexuales.
Apuntó que de los mil 310 casos que se han publicado, 60 crímenes se cometieron en Yucatán, 40 en Quintana Roo y 11 en Campeche, estableciendo que la zona peninsular es un sitio donde se presentan casos muy representativos sobre estos delitos.
Habló sobre el tema de la discriminación de los grupos religiosos y evaluó algunos textos bíblicos en los que se citan hechos de Jesucristo sobre aspectos de discriminación, que se utilizan como ejemplo en aspectos religiosos.
El ponente dijo que incluso dentro de los grupos religiosos se sigue fomentando y aceptando el discurso discriminatorio por sacerdotes, pastores y dirigentes eclesiásticos, lo que establece “que la Biblia sirve para agredir y también para rezar”.
“En pleno siglo 21, las distintas fes religiosas impulsan y promueven la discriminación contra las personas homosexuales y transgénero, ocasionando un tremendo impacto entre la sociedad, y que ocasionan se alejen y olviden a Dios”, declaró.
Argumentó que Jesucristo vivió en un tiempo muy distinto al momento actual donde el discurso contra la discriminación concientiza a la sociedad, pero analizando sus actos y su condición, se puede establecer, recalcó que Jesucristo nunca utilizó la discriminación como instrumento.
El sacerdote católico indicó que es vital que la sociedad se dé cuenta del grave problema de fomentar este discurso contra las personas que tienen una forma distinta de ser y de convivir.
“En nuestra sociedad se mantienen las condiciones de discriminación contra las personas con discapacidad, pero también se discrimina por condición social, étnica, por razón de edad, religiosa, migración y sexogénetica, lo que hay que cambiar de una vez por todas”, finalizó. (Fuente: ACOM)