“La creación, conservación y el mejoramiento de las áreas verdes y arboladas son trascendentales en nuestro país para obtener las funciones sociales y ambientales, sobre todo en ciudades como Mérida de Yucatán donde el clima es caluroso, el más seco de los cálidos subhúmedos, con régimen de lluvias de verano y presencia de canícula; y tendiendo temperaturas máximas en abril y mayo en los últimos 5 años que han rebasado con pocas excepciones los 40 grados centígrados”, precisó.
Ante tales hechos el Legislador opinó que los desarrollos habitacionales deberían promover zonas de vegetación natural dentro de las áreas urbanizadas y garantizar que los proyectos urbanísticos consideren técnicas que disminuyan la pérdida de la cobertura vegetal y de la biodiversidad.
“Los nuevos desarrollos urbanos predominan criterios económicos de obtener el máximo de área vendible y la mayor rentabilidad, de tal suerte que las peores fracciones de los terrenos a desarrollar se destinan a donación para equipamiento urbano, espacios recreativos y áreas verdes cuando la OMS recomienda 9 metros cuadrados por habitante de área verde, señaló.
May Escobar destacó que el auge de los desarrollos habitacionales en Mérida ha causado una drástica reducción de la vegetación nativa, lo que ocasiona “islas de calor”, puntos de la ciudad donde la temperatura sube más que el resto, sobre todo en fraccionamientos nuevos y grandes como Los Héroes, Las Américas y Ciudad Caucel.
“Colocar palmeras para decorar, es diseño, únicamente diseño urbano de paisaje, pero no van a capturar todo el dióxido de carbono que podrían capturar los árboles de ramón, chacá o jabín”, enfatizó.
May Escobar dijo que aunque existe un avance para privilegiar las áreas verdes, la realidad es que los desarrolladores, sobre todo en Mérida, no cumplen con destinar el 30% dentro del área de donación para áreas verdes y privilegiar su uso dentro del área de destino y que por ley nunca podrá ser menor al 10% del área bruta del complejo.
“Es por todo lo anterior y ante el enorme desafío de dotar a las ciudades de superficies verdes públicas suficientes para garantizar la calidad de vida, propongo que el área de destino nunca podrá ser menor al 18% del área bruta. Y dentro del área de donación, el 50% será destinado a área verde y se privilegiará su uso”, finalizó