María Andrade Hernández, directora de ProNatura Península de Yucatán, declaró que toda opinión sobre el Tren Maya debe basarse en los estudios técnicos y no se puede decir si es un proyecto bueno o malo.
“Si los estudios no están, ¿qué más podemos decir?”, expresó.
Un proyecto como el Tren Maya tendría impactos en áreas altamente sensibles de la Península de Yucatán y requiere que se genere información para saber, de manera muy fina, dónde se encuentran, que infraestructura mitigará el impacto y asegurará que la tenencia de la tierra no cambiará, indicó.
Las decisiones no pueden basarse en la menor información posible, se debe aportar más a nivel ambiental, social y económico, expresó.
“Si la misión es ayudar a los más pobres, ¿dónde está la planeación e inclusión de las comunidades rurales con el turismo, la salud y la educación?, cuestionó.
Lo que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), principal promotor y encargado del Tren Maya hace, es la construcción de desarrollos inmobiliarios, por lo que la mayor preocupación es la deforestación, advirtió.
Algunos tramos sensibles identificados son las reservas de Calakmul y Balankú, en Campeche, los Petenes y el corredor Sian Kaan-Calakmul, sostuvo. (Paul Antonie Matos)