“Progreso es un lugar con décadas de problemas de agua, con más de 30 mil habitantes, supera las capacidades de muchos de los otros municipios y Progreso no tiene la capacidad”, dijo. Por eso, se invertirán 25 millones de pesos, divididos en 10 millones para los equipos y 15 millones para la ubicación de fugas en 22 kilómetros.
Informó que hubo un abandono de autoridades que no le metían dinero a un sistema tan importante. “El mal servicio no es casualidad, es consecuencia de ese abandono”, expresó.
Chan Lugo dijo que la Japay sí produce el agua para Progreso, pero no llega. Cada segundo se pierden 75 litros por segundo, debido a las fugas en todo el camino, que son casi 30 kilómetros entre Mérida y Progreso. Deberían llegar 200 litros por segundo, pero solo son 150, añadió.
Mediante el cárcamo se distribuye el agua que llega desde Temozón, pero el volumen que empieza a bombear se vacía en 40 minutos y tarda tres horas en llenarse. Hay tres equipos que bombean durante cinco horas, pero por 19 horas solo funciona un equipo mientras se llena el tanque, explicó.
“Cuando prenden los tres equipos sale más agua de la que llega, lo que vamos a lograr con una de las obras de 10 millones de pesos es que haya un equilibrio, llegue el mismo volumen de agua que el que sale”, comentó.
Se cambiarán los equipos electromecánicos a las bombas, controles, tableros de control, en los nueve equipos de Temozón, y en Tamanché hay otro cárcamo. Además, de las cuatro bombas principales del cárcamo de Progreso hay una inservible, las otras tres funcionan pero en mal estado, añadió.
Se ubicarán las fugas en los 22 kilómetros de Temozón a Progreso y en 48 kilómetros de vías subterráneas de agua potable en el municipio costero, además de la colocación de 2 mil 400 medidores como los que se usan en Mérida para tener la micromedición y reducir las fugas en el trayecto. (Paul Antonie Matos)
