Tras la muerte de su esposo, la mujer estuvo aislada por varios días en Cusco, Perú donde acudió en compañía de un grupo de yucateco una peregrinación, donde comenzó su pesadilla.
Durante su estancia en ese país contrajo junto con su esposo Covid-19, lo que llevó a su marido a la tumba y a un encierro involuntario en ese país que la mantuvo en cuarentena hasta que el Gobierno Federal anunció su que un avión de la Fuerza Aérea Mexicana la traería tierras yucatecas.
Pasadas las 21 horas la mujer llegó a su tierra natal al Aeropuerto Internacional de Mérida, donde las autoridades montaron un operativo especial para su traslado debido al contagio de la enfermedad.
Hasta el momento, se desconoce cuando los restos de sus esposo que fue incinerado en el país andino tras morir víctima del Covid-19.