El instrumento, que estuvo disponible al público desde el 25 de abril hasta hoy, fue creado con la herramienta Survey Monkey y tuvo como finalidad recopilar la percepción y opinión de las y los habitantes de la entidad con respecto la medida decretada por el gobierno de Yucatán para reducir la movilidad social por la contingencia del coronavirus.
El cuestionario -cuyos resultados se pueden consultar en este link- estuvo compuesto por 10 reactivos que los usuarios contestaron de manera anónima, y abarcó temáticas como la violencia intrafamiliar, el clandestinaje y el consumo de bebidas alcohólicas durante el periodo de ley seca, por citar algunos.
Entre los resultados destacan que el 60.86% de los encuestados estuvo en total desacuerdo con la ley seca, un 23.54% declaró estar poco de acuerdo, 11.50% estuvo muy de acuerdo y el 4.10% restante aseguró que le es indiferente.
Cuestionados sobre si beber alcohol contribuye a la violencia intrafamiliar, cinco de cada 10 (51.95%) usuarios dijeron estar poco de acuerdo con esta afirmación, en tanto que el 27.02% lo negaron rotundamente. 19.27% de las personas dijo estar de acuerdo por completo y el 1.75% restante mostró indiferencia.
La tercera pregunta indagó en si los encuestados creían que la ley seca impuesta viola los derechos de las y los yucatecos. La mayoría (62.0%) declaró estar bastante de acuerdo, seguido de un 18.13% que estuvo poco de acuerdo, un 15.77% nada de acuerdo y 4.04% indiferente.
En el cuarto reactivo, el 51.45% de los encuestados declaró rotundamente que la falta de alcohol no permite que las personas estén más tranquilos en sus hogares, seguidas del 29.56% que estuvo poco de acuerdo con dicha información. El 17.31% aseguró que a falta de alcohol las personas sí están más tranquilas y el 1.68% restante respondió que le es indiferente.
La quinta pregunta exploraba si los usuarios habían adquirido alcohol de manera clandestina durante el periodo de ley seca. Los resultados arrojaron que una tercera parte de las personas (33.33%) sí lo había hecho, contrario al 66.67% restante que negó dicha práctica.
En el sexto reactivo, que abordaba el gasto familiar durante el periodo de ley seca, cinco de cada 10 personas (52.15%) coincidieron rotundamente en que la ley seca no contribuye al ahorro, en tanto que un 23.42% estuvo poco de acuerdo con esta afirmación, 22.07% estuvo bastante de acuerdo y 2.36% declaró que le es indiferente.
Cuestionados sobre si aceptarían dejar de beber durante el periodo de ley seca, el 42.56% de los usuarios respondió que no estaría de acuerdo, 25.86% declaró estar poco de acuerdo, un 19.06% bastante de acuerdo y 12.53% se mostró indiferente.
Más de la mitad (60.82%) de las personas declaró que la implementación de la ley seca no fue la correcta, 22.78% estuvo poco de acuerdo, un 15.05% estuvo de acuerdo y 1.34% dijo que le es indiferente.
En la novena pregunta, casi tres cuartas partes de los encuestados calificaron de manera negativa al gobernador Mauricio Vila Dosal por decretar la ley seca, con un 33.85% que dijo que hizo "muy mal", un 26.64% "hizo mal" y 11.67 "hizo un poco mal". Por el otro lado, un 10.05% dijo que actuó muy bien, 6.61 señaló que hizo bien y 11.19% aseguró que hizo poco bien.
En la décima y última pregunta, de tipo abierta, las y los usuarios manifestaron lo que hubieran hecho en lugar del mandatario estatal para evitar la prohibición total de la venta de bebidas alcohólicas.
En las casi 1400 respuestas diferentes sobresalieron la restricción de horarios por días de la semana, cerrar las agencias únicamente los fines de semana, limitar la compra para cada ciudadano, venda alcohol solo en tiendas de conveniencia e incluso expender las bebidas solo en la compra de una cierto número de alimentos.
Buena para unos, mala para muchos otros, lo que es cierto es que la ley seca se extenderá por lo menos hasta mediados de mes en Yucatán. Y si la movilidad social y los contagios de COVID-19 no reducen, seguro continuará en vigor por tiempo indefinido.