Una vez colocados los sellos, un grupo de manifestantes se presentó en el lugar de los hechos para expresar su descontento con la agresión que recibió la joven a manos de la extranjera, alegando que no es un problema el que vivan personas de otras nacionalidades en la ciudad, sino que cometan acciones que afecten a la gente local y queden impunes.
Al preguntarle a una de las manifestantes si sabia lo que había ocurrido, dijo que se enteró por redes sociales del problema que se presentó en el establecimiento, que primero afectó a la galería al ocupar su espacio y posteriormente a la menor de edad.
“El Ayuntamiento les permite que ellos puedan poner sus mesas, pero por ejemplo a la gente chiapaneca, a la gente que es indígena, que es artesana, a nosotros como artesanos que nos ponemos en los parques no nos permiten eso por la situación del Covid-19, pero aquí están las mesas porque ellos pueden pagar cantidades de dinero. Ahí es donde se ven las injusticias, que no nos permiten trabajar como artesanos pero a ellos sí les permiten poner sus mesas y si alguien les dice que no, creen que pueden tomar acciones violentas y que se van a quedar sin hacer nada”, declaró la artesana Margarita García Pech.