Al respecto, el secretario general del organismo, Eynar Medina Borges, aseguró que los 67 agremiados se han manifestado en contra de la medida propuesta por defensores de los animales, pues afirman que estos se encuentran lejos de la realidad que se vive en este rubro.
"No estamos de acuerdo con algo que lejos de que sea benéfico, solo pretende pisar las tradiciones. Ninguno de los compañeros está de acuerdo, pues esta acción quiere afectar nuestras costumbres", dijo.
Como se informó, el Movimiento Animalista Ciudadano (MAC), junto con otras agrupaciones, propusieron al Ayuntamiento de Mérida emplear las calesas eléctricas, como ocurrió en Guadalajara, Jalisco, para retirar a los caballos de esta labor, propuesta que aún está en análisis de la autoridad.
Sin embargo, los aurigas afirman que en Guadalajara, más que un beneficio para los choferes -como señalan los activistas- la medida no ha funcionado.
"Esta gente viene a manifestar que en Guadalajara ya se renovaron las unidades, lo que es mentira, pues sabemos que esto no es así. Estas personas lograron meter algunas unidades que están inservibles. Las calesas siguen trabajando, pues no dejaron que se pisoteen sus derechos", afirmó.
Medina Borges reiteró que el organismo que dirige está dispuesto a hacerle ver su postura a la autoridad, pues esta ha trabajado de cerca con los choferes desde hace años.
Por su parte, Miguel Cuevas, miembro de la comitiva de los choferes, explicó que cada semana se hace un chequeo médico a los equinos que se emplean para las calesas, el cual está a cargo de médicos de la Facultad de Veterinaria de la UADY, quienes han avalado que los animales no son explotados.
De igual manera, afirmó que los conductores de calesas invierten muchos miles de pesos en el cuidado de los equinos, a quienes reconocen como parte de su familia.
"Compramos hasta tres sacos de alimento de 40 kilos por semana, con un costo de 375 pesos cada uno. También, 20 rollos de zacate a 25 pesos cada uno. La herrada se hace cada cinco semanas y nos cuesta 500 pesos. La inversión es mucha pero la hacemos porque queremos que los caballos estén bien", externó.
Por su parte, Carlos Medina, otro de los caleseros, lamentó que los grupos animalistas hayan generado una mala imagen de los aurigas hacia las personas, al tiempo que insistió en que los caballos no son maltratados.
Aseguró que debido a la naturaleza del equino, este debe permanecer en pie, aunque el tiempo en el que se encuentran laborando es controlado para evitar afectaciones a la salud del animal.
Pidió a quienes aseguran que se maltrata a los caballos a conocer la labor que se realiza con estos, de modo que puedan comprender el mundo en el que laboran los caleseros. (ACOM)