Al respecto, el coordinador de la clínica de grandes especies de dicha facultad, José Manuel Blanco Molina, aseguró que los animales con los que cuentan los 67 socios del Sindicato de Caleseros se encuentran en condiciones óptimas para su labor, por lo que rechazó que estos pudieran ser presa del maltrato, como han afirmado defensores de los animales.
“De ninguna manera sufren maltrato. Están en buenas condiciones, pues tienen buen tamaño y buena talla. Nosotros les hacemos una valoración general. Les hacemos una propuesta de que si son caballos que tienen algún tipo de lesión, darles algún tipo de tratamiento y descanso; volverlos a valorar y dar el visto bueno para que sigan trabajando", externó.
El especialista explicó que desde hace cuatro años, la facultad tiene un convenio de colaboración con los caleseros de Mérida para la revisión de los animales en la que participan los alumnos, lo que permite que haya una ayuda mutua entre ambas partes.
"El convenio lleva unos cuatro años, en los cuales hemos visto que los caballos han mejorado su estado físico, nutrición y herrajes. Todos los equinos se encuentran en buenas condiciones y han ido mejorando todo este tiempo", apuntó.
Blanco Molina aceptó que al inicio de los trabajos las condiciones de los animales no eran las adecuadas, sin embargo, se ha instruido a los propietarios para mejorar, lo que ha rendido frutos.
"Antes veíamos caballos delgados, flacos. Hoy tenemos caballos arriba de 1.50, con buen peso. Todavía tenemos mucho que trabajar. Hay algunos caballos que sí tienen algún tipo de lesión pero es porque el propietario no toma las recomendaciones", dijo.
Explicó que los equinos son llevados en remolques cada semana, dependiendo del semestre en el que se encuentren los estudiantes, quienes realizan las valoraciones bajo la supervisión de los profesores.
"Este semestre, de agosto a diciembre, vienen miércoles; y para junio y julio, los caballos vienen jueves. Aún así, reciben la atención y su valoración. Se le da seguimiento para llevar un control", precisó.
Por su parte, el dirigente de los caleseros, Eynar Medina Borges, aceptó que los aurigas tenían cierto desconocimiento sobre el trato a los caballos, aunque el acercamiento con los veterinarios permitió que estos mejoren los cuidados que estos les ofrecen.
"Para ser honestos, había cosas que nosotros no sabíamos y con el trato directo con los especialistas, hemos podido aprender cosas para mejorar el bienestar de nuestros animales. Es un beneficio para ellos porque son el motor de nuestras vidas", aseguró.
Insistió en que esta labor es la mejor manera de demostrar que los caballos no son maltratados, como se les ha acusado, por lo que insisten en que su labor no debe ser vista de manera negativa.
Como se ha informado, grupos de animalistas han solicitado a la Comuna de Mérida su anuencia para que las calesas con caballos se cambien por otras eléctricas, algo que ha sido rechazado por los aurigas.
Sin embargo, el Ayuntamiento ha manifestado que esta decisión no se podrá tomar a la ligera, por lo que se buscará una solución que sea de beneficio para todos los ciudadanos. (ACOM)