El funcionario municipal precisó que el tema jurídico es el que ha sido el principal obstáculo que se ha encontrado para procurar que estos edificios puedan ser remozados o destruidos, según sea el caso del propietario.
“Son propiedades privadas, por lo que su intervención es un tema complejo debido a que muchos están intestados o no hay interés del propietario para su atención, por lo que solo se dejan notificaciones”, explicó.
Reiteró que la Comuna está a favor de la conservación de los edificios históricos, aunque también pugna por la seguridad de las personas por lo que insistió en que el seguimiento a los casos vigentes sigue su curso.
Aunque no proporcionó una cifra de cuántos edificios se encuentran con algún riesgo de colapso, dijo que sí hay un censo de estos inmuebles, por lo que la autoridad está consciente de la situación que es más notoria en el Centro Histórico de Mérida.
Hace unos años, un censo realizado por el Ayuntamiento permitió identificar por lo menos 500 predios con algún tipo de riesgo de colapso o derrumbe en los primeros cuadros de la ciudad, de los que unos 90, se encontraban en riesgo inminente.
De hecho, durante la administración municipal anterior, se registraron dos derrumbes de edificios antiguos, uno ubicado sobre la calle 65, cerca de la Casa del Pueblo, así como el que una vez albergó a la Sidra Pino, aunque este último no causó mayores afectaciones.
En el trienio anterior, también dos inmuebles fueron atendidos para retirar marquesinas que pudieran representar algún riesgo para los transeúntes, acción que incluyó la colaboración entre varias instancias para las maniobras. (ACOM)