Directivos de la Clínica de Servicios Humanitarios en Salud Sexual y Reproductiva, en voz de la abogada Amelia Ojeda Sosa, aseguró que lo realizado por el grupo religioso frente a la clínica, se trató de una campaña “para poner fin al aborto” en la entidad.
“Nadie ve mal que las personas recen, lo que se tiene que analizar es la intención con la que se hace, cuál es el mensaje que buscan enviar. No es un delito rezar un rosario, la violación se da en el momento que esa expresión religiosa sirve para señalar o identificar una conducta con la que no están de acuerdo”, abundó.
Insistió que se trató de una conducta de intolerancia que atentó contra los pacientes y profesionales de salud de esa clínica.
Advirtió que una red mundial que apoya a Unasse, trabaja en hacer análisis, consultas y abonan con acciones en países en donde ocurren violaciones de derechos humanos que están disfrazadas con diferentes tipos de conductas.
“Como es algo tan sutil, la gente no lo ve mal, pero hay que analizar que está detrás”, agregó la activista.
Al hacer uso de la palabra, Sandra Peniche Quintal, quien dirige la clínica donde acudieron las rezadoras durante 40 días, ironizó sobre el hecho al señalar que ya envió una carta al Vaticano, para que empiece su proceso de canonización y remató: “hasta siento que ya tengo una aureola”.
16 DÍAS DE ACTIVISMO
En rueda de prensa, las activistas anunciaron la campaña 16 días de activismo contra la violencia de género, lo cual es una oportunidad para impulsar acciones que pongan fin a la violencia contra las mujeres y niñas.
Afirmaron que dentro de las actividades que se realizarán, se encuentran un cine debate y la promoción para pruebas del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) el 24 de noviembre y tendrán su culmen con el informe del Grupo de Información de Reproducción Elegida (GIRE) el 8 de diciembre próximo en punto de las 19 horas.
