Durante el evento, que se llevó a cabo a un costado de la chicharronería La Lupita, ubicada en la calle 64 número 640-H con 93, el edil meridano recordó que este festival surgió como una alianza entre vecinos, chicharroneros, autoridades y cámaras empresariales para promover la economía del rumbo.
Destacó que la idea de realizar el Festival surgió de los propios vecinos interesados en que no se pierda “todo el ritual familiar” que se establece alrededor de la chicharra.
Explicó que con la experiencia del anterior evento, que se realizó el uno de julio pasado, en esta ocasión habrá una mejor organización para comodidad de los asistentes.
Dijo que para la realización del festival se cerrarán las calles 64-A con 91, 64 diagonal con 95, 64 con 91, 64-B con 93, 62-A con 95, 64 con 97 y 64-A con 97, donde se instalarán mesas, y sillas, módulos de venta, tarimas para los espectáculos y otras actividades.
El alcalde subrayó que la seguridad para las familias asistentes está garantizada con el apoyo de la Policía Municipal, la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil Municipal.
Comentó que ya confirmaron su participación 11 chicharronerías, cuatro más que en la edición anterior.
Del total de participantes, dijo, tres son del rumbo, cuatro participaron en la primera edición y cuatro nuevos se suman a ésta.
De igual forma, indicó que el Festival contará con espectáculos musicales, eventos deportivos y juegos tradicionales para diversión de toda la familia.
Asimismo, destacó la participación de los vecinos al permitir que 15 artistas del grafiti pinten murales en algunas bardas que no estaban aprovechadas o lucían un poco abandonadas.
Señaló que ante el éxito de la primera edición, el Ayuntamiento ofreció que haría todo lo posible por celebrar este mismo año la segunda edición, lo que se cumplirá este sábado 25.
Por su parte, Manuel Quijano Canto, secretario de la Asociación de Porcicultores de Mérida, consideró que actividades como el Festival de la Chicharra contribuyen a fomentar el consumo de carne de cerdo en el tradicional platillo y consideró que puede convertirse en un fuerte atractivo no sólo para Mérida sino para otros lugares del Estado y del país.