Con esta iniciativa, la máxima casa de estudios contribuye a la conservación de la biodiversidad y el combate al cambio climático, toda vez que provee la vegetación con la que se reforestan los diferentes campus universitarios para reducir los gases de efecto invernadero y, también, aliviar entre cinco y 10 grados centígrados la temperatura en los momentos más calurosos del año.
Es así como este espacio universitario se ha constituido en refugio y centro reproductor para las diferentes especies nativas, entre ellas el “kiik” o árbol del hule maya, que conforman la riqueza botánica de la Península de Yucatán, señaló el responsable del Vivero Institucional y coordinador de Eficiencia Energética de la UADY, Fernando Herrera Gómez.
A través del programa de reforestación implementado en la UADY, agregó, se han logrado sembrar mil 400 plantas durante los últimos cuatro años en diferentes facultades y escuelas preparatorias de esta casa de estudios, y este segundo semestre del año se inició la siembra de aproximadamente 900 árboles en el Campus de Ciencias Sociales, Económico Administrativas y Humanidades.
Además, el Vivero se utiliza en la UADY en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que estudiantes e investigadores realizan actividades relacionadas con su quehacer formativo en las diversas carreras de los diferentes Campus, acorde al Modelo Educativo para la Formación Integral implementado en la universidad, detalló Herrera Gómez.
“Es un auténtico museo vivo, centro de conservación y reproducción de la flora yucateca, las cuales atraen además a un gran número de pájaros que buscan alimentarse y anidar en sus ramas y se realizan también investigaciones sobre distintas cualidades de las plantas de la región”, comentó Denis Marrufo Zapata, quien forma parte del equipo involucrado en el proyecto.
Su conformación ha implicado importantes acciones de rescate, como las emprendidas por Salvador Flores Guido y un equipo de colaboradores, quienes han logrado rescatar especies muy importantes de dicha flora, entre ellas se encuentra el árbol del hule maya (Castilla elástica), conocido por los mayas con el nombre de “kiik”, una planta muy importante en su cultura, ya que de su látex se elaboraban las pelotas con las que se realizaba el juego de pelota en los centros ceremoniales.
La primera colecta para el herbario de la UADY se hizo en 1984 en las selvas de Quintana Roo y posteriormente en 2004 se colectó y reportó para el estado de Yucatán, al encontrarla en una caverna en las grutas de Lol Tun, de estas se obtuvieron semillas que más tarde se han cultivado en el Vivero.
Otras especies rescatadas e importantes en el área maya son: el pepino kat (Parmentiera aculeata), que casi no es consumido y cultivado, el balché (Lonchocarpus longistylus), que es un árbol sagrado de cuya corteza fermentada en miel de melipona se obtiene la bebida sagrada del mismo nombre utilizada en los rezos al dios Cha´ak, en la que se le imploraba lluvia en los tiempos de canícula o sequía para que la milpa floreciera y no se secara.
Estas especies mencionadas junto con otras, como el Ku´umche o Bonete (Jacaratia mexicana), el Yaxnik (Vitex gaumeri), el K´anasín (Lonchocarpus rugosus), Choch (Pouteria glomerata), y el Kanisté (Pouteria campechiana), se encuentran distribuidas a los lados de los senderos del vivero para que los visitantes puedan apreciarlos.
Asimismo, contiene otras especies importantes como palmas y cactáceas, pero además tiene plantas medicinales, tales como chaká (Bursera simaruba), que en Mesoamérica es de los más usados para tratar diversas dolencias y enfermedades tales como dolores de estómago, dolores de cabeza, quemaduras, enfermedades urinarias y diarreas.
Hay plantas melíferas tales como el ts´iisilche (Gymnopodium floribundum) que produce la mejor miel de Yucatán.
El Vivero Institucional de Especies Nativas forma parte del Proyecto Institucional para la Eficiencia Energética, ya que el consume eléctrico eleva los niveles de bióxido de carbono en el ambiente, y los árboles son el único antídoto natural para la captura de dicho gas, por lo que la reforestación es una medida de mitigación.