Una de estas personas es José Magaña Riegos quien desde muy temprano, coloca su puesto ambulante sobre la calle 65 por 56 del Centro Histórico de Mérida, buscando obtener ingresos para subsistir.
Sin embargo, la situación ha alejado de manera casi total a los compradores.
"Nada más la gente que se va a trabajar son los que están saliendo a la calle. Porque. Yo aquí estoy de 6 de la mañana a 8 de la noche. Mis ventas están aterrizadas un 90 por ciento. Es decir, no he vendido casi nada", manifestó.
"Ya tiene 15 días que aterrizó la venta y dicen que va a tardar 15 días más para que se calme el coronavirus", dijo.
Precisó que en esta misma situación se encuentran cientos de oferentes ambulantes, que también se ven en la necesidad de salir diariamente, pese a la contingencia, a buscar obtener ingresos para su familia.
Dijo tener conocimiento de otras personas que laboran en calles del centro que han decidido ya no vender, debido a la escasa cantidad de compradores, teniendo afectaciones importantes en materia de ingresos.
En su caso, dejó en claro que no dejará de asistir a trabajar, por lo que también se protege como puede.
"Nosotros estamos al día. Estamos al día porque para trabajar hay que pedir préstamo y si no trabajas, como lo devuelves", refirió.
"Yo tengo que venir todos los días. Pongo mi cubrebocas que es las disposiciones del sector salud para protegernos, para tener seguridad con nuestra salud", apuntó.
Unos 400 oferentes informales laboran en el centro de Mérida, los cuales, según se averiguó estarían teniendo pocos ingresos ante la contingencia que se vive en el estado. (ACOM)