Para los ingenieros, Alfonso González Fernández y Rogelio Pérez, así como para el arquitecto Antonio Peniche Gallareta, la mejor opción es sin duda el relleno de esa vialidad que según ellos ha traído más perjuicios que beneficios.
“Sería la opción más apropiada y menos costosa en obra y no tendría los altos costos de mantenimiento, ya que no se requerirían cisternas ni bombas para desaguar las aguas pluviales, ya que se podrían drenar en un sistema convencional de pozos pluviales o simplemente drenar el agua de lluvia hacia las áreas verdes a través de celdas de bioretención o jardines de lluvia” señalaron.
Los especialistas que forman parte del colectivo Sinergia que agrupa a más de 20 organizaciones de la sociedad civil en Yucatán, señalaron que también se requieren de los estudios necesarios (geo-hidrológicos, ingeniería de tránsito, peatonales, arquitectura de paisaje, jardinería e iluminación arquitectónica, topográficos, de imagen urbana) para contar con elementos seguros para aplicar en la solución del problema.
“Las propuestas y conclusiones, insistimos, son las mínimas a fin de garantizar soluciones lo más pronto, pero sobre todo que atiendan de una manera eficaz a quienes presumimos a Mérida como una ciudad de las mejores de México y el mundo” señalaron.
El arquitecto Gallareta consideró que un presupuesto estimado para ese proyecto rondaría los 10 millones de pesos aproximadamente.
También proponen una intensa campaña de educación vial sobre todo para el uso correcto de las glorietas en la ciudad de Mérida y la ampliación de los carriles de y salida de esa glorieta y analizar un anteproyecto de una “Ciclovía Montejo” (desde Remate de Montejo hasta entrada a Progreso).