En un comunicado, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que los divorcios, separaciones, fallas en la comunicación de las parejas adolescentes para exigir el uso de un método anticonceptivo, o padres que no asumen su responsabilidad, son algunas de las causas más comunes por las que se vive la maternidad en soltería.
“Se enfrentan a una inequidad salarial y de tiempo, pues debido a sus responsabilidades les queda poco espacio para ellas mismas y para convivir con sus hijos”, indicó.
Muchas son proveedoras, y la mayoría de las veces no sólo absorben los gastos personales y de sus hijos, sino también de sus padres, y al ser objeto de inequidad salarial tienen dos o tres empleos para cubrir sus compromisos económicos.
Además, suelen enfrentarse a la discriminación, pues ante la sociedad siguen teniendo un estereotipo negativo. “Muchos piensan cosas como: ‘por algo es madre soltera’, ‘por algo no tiene pareja’... las culpabilizan de su situación y las cuestionan por las condiciones en que viven la maternidad”, resaltó Sánchez Zepeda.
En estas circunstancias, son ellas las que asumen la responsabilidad económica del padre y la madre; en cuanto al soporte social, si bien, es cierta la necesidad de su presencia en la crianza para el sano desarrollo psicológico y socioafectivo de los hijos, regularmente cuentan con redes de apoyo familiar (padres o hermanos) que suplen las figuras materna y paterna.
La decisión de ser madres solteras, prosiguió la universitaria, depende de muchas circunstancias vinculadas con historias de vida y familiares. “No siempre obedece a una elección libre y consciente”.
No obstante, quienes juegan este rol por convicción son mujeres que perciben su papel más allá de lo establecido por una sociedad conservadora; por lo general tienen preparación académica y ocupan sitios importantes en el mercado laboral.
“Antes el destino de este género era ser esposas y madres, y desde esa perspectiva no era necesario procurarles una instrucción escolar; sin embargo, esa idea ha sido rebasada y en muchos sectores se ha repensado su rol dentro de la sociedad. Hay una mayor conciencia sobre sus derechos y esto incluye el ejercicio de su sexualidad”.
Desde este enfoque, cuando una mujer resuelve ser madre o no serlo, su determinación tiene que ver con la posibilidad de decidir sobre su cuerpo, concluyó.