“Es una enfermedad neurodegenerativa que ataca o compromete al nervio óptico y en ese proceso puede tener manifestaciones como la reducción del campo de visión de los pacientes, y puede estar o no asociada a la presión que maneja el ojo; es decir, una hipertensión ocular que, si es sostenida, puede desarrollar un glaucoma”, describió la oftalmóloga adscrita a la Coordinación de Investigación del Departamento de Cirugía de la FM.
La especialista alertó que es importante hacer conciencia sobre el tema, porque la prevención y el diagnóstico oportuno y personalizado cambian el curso natural de la enfermedad, la cual es irreversible. “Es importante visitar al oftalmólogo por lo menos una vez al año para detectarla en etapas tempranas”, recomendó.
Algunas veces presenta síntomas como enrojecimiento y dolor de ojos y cabeza, náuseas, vómito, visión borrosa y halos alrededor de las luces, detalló.
El glaucoma es multifactorial y se asocia a factores como la herencia (pues si un familiar en línea directa lo padece existe hasta 10 por ciento más posibilidades de presentarlo); edad (especialmente después de los 40 años con un foco importante a los 60); diabetes, hipertensión, alteraciones en triglicéridos y colesterol, consumo de tabaco y de alcohol; miopía, hipermetropía, traumatismos oculares o craneoencefálicos.
En México hay cerca de un millón y medio de personas que lo padecen. Algunas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que en el mundo pueden ser hasta 60 millones, resaltó.
En Estados Unidos, hasta 10 millones de visitas al oftalmólogo al año son motivo para realizar seguimiento por glaucoma. “Hay características raciales que hacen a las poblaciones afroamericana e hispana, blanco del glaucoma. Yo diría que los mexicanos somos susceptibles con mayor frecuencia a esta enfermedad”.
De acuerdo con información de la página web del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), es la causa principal de ceguera en mayores de 60 años, pero puede controlarse si se detecta a tiempo.
Se menciona que es frecuente y afecta a dos por ciento de la población mayor de 40 años y a 14 por ciento de los mayores de 60. “El problema es que se calcula que sólo la mitad de los pacientes con glaucoma saben que padecen esta enfermedad debido a que, en un principio, no produce síntomas y al paciente le es muy difícil de detectar la pérdida de visión periférica que ocurre en etapas tempranas”. Aunque el factor edad es importante, se puede presentar en todas las etapas de la vida, incluso en bebés, refirió Hernández López.
El tratamiento puede incluir cirugía, láser o medicación, dependiendo de la evolución y severidad de la afección. Habitualmente, al principio se utilizan gotas para los ojos junto con medicación para reducir la presión intraocular. (Boletín de la UNAM)