Para la secretaria de Proyectos Estratégicos del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, Patricia Piñones Vázquez, aún hay pendientes en la agenda para la conmemoración del 8M: los feminicidios y las desapariciones.
Hay preocupación y molestia justificada por los altos niveles de incidencia que ha alcanzado ese primer ilícito en el país, por lo que no se debe permitir que esta situación continúe y menos aún que se normalice.
“No podemos cerrar los ojos y hacer como si no pasara nada, cuando las cifras oficiales nos indican que 11 mujeres son asesinadas diariamente en México, por el solo hecho de ser mujeres”, acota.
Son varios los estados de la República mexicana, subraya, en los cuales la agenda de los feminicidios sigue siendo el gran pendiente y en donde las alertas de género tienen que funcionar de mejor manera, como un primer paso para que las cosas empiecen a cambiar.
Otro tema de preocupación directamente vinculado con la impunidad es el de las desapariciones de mujeres y niñas, debería ser de alta prioridad para cualquier gobierno; además, tendría que considerarse en la primera línea de las plataformas de partidos y candidatos.
Es algo que nos alarma y nos indigna, pues se trata de un grave problema que nos tendría que mover a la reflexión; no podemos permitir que siga ocurriendo, debemos hacer algo desde el lugar que nos encontramos, lo estructural, nuestras instancias de gobierno, en todas las instituciones, pasando por la escuela hasta llegar a la familia, precisa.
Enfatiza que esta situación es aún más grave cuando se observan los elevados niveles de impunidad, se minimiza su gravedad, se carece de personal especializado para atenderlos con perspectiva de género, además de que prácticamente no hay investigación y, por lo tanto, tampoco castigo para los responsables, lo cual es un factor determinante para que feminicidios y desapariciones continúen.
Piñones Vázquez refiere que hay otros temas urgentes de revisar y atender como son: embarazo infantil y adolescente, violencia en el noviazgo o en el trabajo, así como falta de igualdad de oportunidades laborales y las brechas salariales que prevalecen entre lo que gana una mujer y un hombre, aun teniendo las mismas tareas y responsabilidades.
La violencia de género, insiste, es un tópico que tiene que ponerse en el centro del debate para diseñar estrategias de carácter punitivo y con enfoque preventivo, principalmente en las escuelas y universidades en donde ha ganado espacios significativos a través de nuevas asignaturas, defensorías especializadas, orientadoras de género y una serie de acciones para sensibilizar a la comunidad respecto a la gravedad de estos desafíos.
La especialista de la UNAM resalta que en los años recientes, y en particular a partir del 2020, se observa una participación cada vez más activa y entusiasta de las jóvenes en el 8M, con lo cual el trabajo y las propuestas en materia de igualdad cruzan cada vez más espacios y poblaciones, buscando la vía para acercarnos a mejores políticas y acciones que verdaderamente nos encaminen.
Cabe recordar que el Día Internacional de la Mujer empezó a conmemorarse por la ONU en 1975 y dos años más tarde fue proclamado por su Asamblea General. Sus orígenes están en las manifestaciones de las mujeres que, especialmente en Europa, reclamaban a comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos. (Boletín de la UNAM)