“El Aeropuerto de la Ciudad de México es un problema muy serio porque tiene un costo altísimo, tanto en su construcción como en el mantenimiento. Segundo, hay un retraso enorme. Si se siguiera la construcción, en caso de no tener ningún cambio, estaría listo para el 2023 ó 2024”, señaló.
Otros de los claroscuros de la obra, independiente de los temas de corrupción, es que no se ha hablado de su ubicación, está en una zona sísmica y del “impacto ecológico importante, ya se está secando el lago y se están haciendo obras hidráulicas para contener la inundación”.
Además de la contaminación por los automóviles y aviones. “Hay una serie de repercusiones. No hay un proyecto para cómo llegar al Aeropuerto. Se dijo que sería un ferrocarril, se necesita una inversión enorme. Todas esas cosas que no se dicen, hay muchos problemas que no se resuelven”, añadió.
Jiménez Espirú comentó que después de las auditorías técnicas, si el Aeropuerto es viable se analizaría su continuidad.
Con respecto a las carreteras, puertos, vías férreas, que están subutilizadas, serán revisarlas para reincorporarlas o cancelarlas en caso de que no sirvan. “La idea es utilizar la infraestructura que tenemos y revivirla y reutilizarla”, dijo. (IFP)