“La balanza se inclina a que no es buena idea promover su uso entre los niños, pero no podría recomendar una edad específica, aunque asociaciones estadounidenses y canadienses recomiendan que sea en la adolescencia”, subrayó.
En la actualidad, los menores actúan como pequeños cíborgs a la conquista de la realidad virtual: deambulan por sus hogares posesionados de dispositivos electrónicos; esta situación, que cada vez se extiende a más hogares y escuelas, llama la atención de padres de familia y profesionistas, por los posibles riesgos que implica:
Por ejemplo, permanecer sentado dos o tres horas frente a una computadora, tableta o teléfono celular, jugando, puede ser señal de sedentarismo. Para los niños es decisivo realizar actividad física para desarrollar ciertas habilidades, subrayó Contreras Valdés.
Otro aspecto a considerar son los problemas en articulaciones y tendones. Si un objeto se opera manualmente durante poco tiempo no representa peligro, pero si se hace tres o cuatro horas al día puede ocasionar patologías físicas.
Algunos inconvenientes más tienen que ver con la socialización y los problemas de conducta. El psicólogo advirtió que el tiempo que los menores pasan entretenidos con estos dispositivos “no juegan con amigos, no disfrutan en familia, no hablan en grupo ni se ocupan de actividades artísticas o estéticas. Desde pequeños pueden presentar adicción a las tecnologías”.
Además, su uso se asocia a cuestiones como déficit de habilidades sociales, poca interacción con otras personas, ansiedad y depresión.
El universitario mencionó el ciberacoso, pues por la red circula infinidad de videos que exponen a alguien al revelar información íntima, con consecuentes problemas emocionales y de autoestima.
“También debe recordarse que estos dispositivos generan radiación: la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha convocado a la comunidad médica a realizar estudios al respecto, y aunque están en proceso, algunas conclusiones reportan riesgos a la salud asociada a la radiación”, alertó.
Aspectos positivos
Contreras Valdés resaltó que el uso de las nuevas tecnologías tiene sus ventajas, pues implica el desarrollo de una habilidad compleja que demanda concentración para estimular las funciones ejecutivas del cerebro.
“Estas actividades complejas requieren planeación, en ese sentido podemos decir que los niños pueden adquirir otro tipo de destrezas”; sin embargo, aclaró, esas mismas habilidades pueden lograrse en otros entornos.
De igual manera, se han detectado beneficios en términos de planeación y asociación. En algunos videojuegos se tiene que construir y planear, pero el porcentaje de niños que utiliza el teléfono para este tipo de actividades es mínimo, así como el tiempo que le destinan.
Recomendaciones
Antes de facilitar a sus hijos un teléfono o una tableta, el universitario recomienda a los padres fijar objetivos y ofrecer un bien que sirva a su desarrollo: juguetes, libros o actividades reforzantes, para “que cuando sea adulto recuerde: ‘me hicieron regalos que me permitieron relacionarme con los demás y entender el valor de la convivencia’”.
Finalmente, resaltó que el objetivo del uso de las nuevas tecnologías no debe ser sólo distraer. “Muchas veces el teléfono o la tableta aparentan una ‘buena alternativa’ para entretener a los niños mientras sus padres se ocupan de otras actividades, como seguir texteando, por eso se les pide poner atención a sus conductas, pues ellos son un modelo a seguir para los pequeños”. (Boletín de la UNAM)
