El director general del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), Juan Ferrer Aguilar, aseveró que ese nuevo organismo garantiza la atención médica y hospitalaria, así como la entrega de medicamentos en clínicas, nosocomios y centros de salud bajo su responsabilidad.

Señaló que los estados podrán o no ingresar a este esquema y tienen hasta finales de enero para confirmar si están interesados en la cobertura del naciente sistema.

Después del acto inaugural del Hospital de Tekax, el primero del país que abre el Insabi, declaró que los servicios médicos serán gratuitos y llamó a la población a denunciar a quienes intenten lucrar con la atención que se ofrece en estos nosocomios.

En el caso del que entró en operaciones en la Sultana de la Sierra dijo que el impacto será para 100 mil personas de la cabecera municipal y 12 poblaciones cercanas, razón por la que se  contrató a 312 personas, entre médicos y enfermeras, que deberán cubrir la demanda la población.

Recordó que el Insabi -que sustituye al Seguro Popular- inició sus operaciones el pasado uno de enero cuando entró en funciones la legislación que le da origen y, luego de la reunión del Presidente Andrés Manuel López Obrador con los gobernadores, se estableció un plazo de 15 días para que manifiesten si adoptan sus estados el nuevo sistema.

Explicó que las entidades federativas que digan NO al Insabi seguirán recibiendo los recursos federales correspondientes al sector salud, pero se mostró optimista de que se logre un acuerdo en todo el país.

Según Ferrer Aguilar, el proceso de información para la población se mantendrá para que todas las personas puedan conocer los derechos que podrán recibir a través de este organismo.

"No habrá ventanillas para cobro, porque será indebido lucrar con estos servicios" recalcó.

A partir de ayer, se emitieron los oficios a los 32 estados para informar del monto del presupuesto que dispondrán para la atención a la salud.

"El Insabi cubrirá las enfermedades de primero, segundo y tercer nivel de manera gratuita y se garantiza la gratuidad del servicio y la entrega de medicamentos" dijo.

Descartó que exista desabasto de medicamentos y, aseveró, se trabaja en la distribución en todo el país para llegar a las personas que los requieren.

En el caso de los pacientes que necesitan medicamentos y tratamiento oncológico también recibirán estos servicios, concluyó. (ACOM)

La falta de sueño impacta de manera negativa el desarrollo de nuestras actividades cotidianas, y si es crónica, acelera el surgimiento de enfermedades metabólicas y reduce la expectativa de vida, afirmó Reyes Haro Valencia, exacadémico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

El también presidente emérito de la Sociedad Mexicana de Investigación y Medicina del Sueño remarcó que limitar las horas que dormimos tiene efectos negativos en la cognición, que es la facultad de procesar la información que recibimos; no obstante, dormir menos es común en las sociedades modernas debido a estrés, condiciones médicas, trastornos del sueño, exigencias laborales y académicas, así como responsabilidades sociales y domésticas, entre otros factores.

En promedio, se debe dormir ocho horas (siete es lo mínimo recomendable), y los menores de 21 años nueve horas, porque aún están en desarrollo, dijo. 

Aunque la gente piensa que puede acostumbrarse, dormir menos tiempo del requerido evita funciones vitales como la restauración de los sistemas neuronales, pues el cerebro se recupera al soñar, y no hacerlo impacta de manera negativa en el desarrollo de nuestras actividades cotidianas: hay cansancio y lentitud, remarcó.

El universitario resaltó que en México aproximadamente 40 millones de personas sufren trastornos de sueño, y hoy en día se conocen 20 causas asociadas al insomnio, entre ellas el estrés, el estilo de vida, las exigencias diarias y la apnea.

 

Más roncadores que insomnes

 

La apnea, que consiste en interrupciones constantes en la respiración durante el ciclo del sueño (ronquidos), es considerada peligrosa por la contracción de tejidos blandos de la vía respiratoria, que evita la llegada de oxígeno a los pulmones.

“Hemos demostrado mediante estudios que en el país somos más roncadores que insomnes, porque somos de las naciones con los índices más altos de sobrepeso y obesidad. Eso nos hace ser roncadores casi por naturaleza”, subrayó.

Otro trastorno del sueño es la parasomnia, que se presenta por sueño ligero: la persona rechina los dientes, tiene sobresaltos o sensación de caer al vacío. Uno más, el sonambulismo, consiste en realizar actividades extrañas estando dormidos. Y la narcolepsia: somnolencia extrema durante el día.

En cuanto a la siesta, Haro Valencia aclaró que no es un trastorno del sueño. “Ocurre porque existen dos ventanas de somnolencia: entre las tres y las seis de la mañana, y entre las tres y seis de la tarde. En esos horarios es casi imposible mantenerse despierto; esto sucede en todo el mundo y por eso es cuando se registran más accidentes de tránsito”.

Entonces, en México la necesidad de una siesta después de comer no es por el consumo de alimentos, sino por la ventana de somnolencia vespertina, aclaró.

 

Etapas del sueño

 El proceso del sueño ocurre en cuatro etapas: dos de ellas son ligeras y otras dos profundas. El 60 por ciento del tiempo tenemos sueño ligero, que tiene una función de conservación: si hay algún peligro en nuestro entorno lo detectamos y reaccionamos.

 Mientras, la primera de las etapas profundas ocupa el 20 por ciento del tiempo de sueño, y es cuando el cuerpo se restaura porque producimos hormonas, neurotransmisores y células nuevas.

 Al 20 por ciento restante (final) se le denomina sueño MOR (movimientos oculares rápidos); aquí soñamos y nuestros ojos giran como si viéramos las imágenes de lo que se representa en nuestro cerebro. En esta etapa el cuerpo está absolutamente relajado, pierde tono muscular y por ello los sueños están cargados de una sensación de liviandad, explicó.

 Entonces, resumió, estas etapas conforman un ciclo de sueño, en el que cada 90 minutos se sueña y cada 90 nos despertamos brevemente para volver a iniciar el periodo. Si una persona duerme las horas adecuadas y completa el ciclo, descansará mejor.

 

¿Cómo dormir bien?

 

“Los tres pilares para ser una persona sana son: ejercitarse, alimentarse bien y dormir las horas necesarias; el mejor momento para dormir, de acuerdo con la geografía de México, es entre las 11 de la noche y las siete de la mañana”, indicó Haro Valencia.

Para obtener un sueño profundo, el universitario recomendó ubicar la posición favorita, sentir el flujo de la respiración a partir de la nariz y, con los ojos cerrados, concentrarse en ella.

Además, exhortó a quienes sufren de insomnio a evitar descansos diurnos, disminuir el consumo de sustancias estimulantes, mantener horarios regulares, reducir la ingesta de líquidos por la noche, evitar realizar en la cama actividades que aumenten el estado de alerta, retirar relojes de la recámara, en caso de vivir en zonas ruidosas o iluminadas utilizar tapones auditivos y/o antifaz, y cambiar el colchón cada cinco años. (Boletín de la UNAM)

 

 

Un saldo de dos muertos y al menos cuatro heridos dejó el ataque perpetrado por un menor armado con dos pistolas, esta mañana, en un colegio de esta ciudad de La Laguna.

En este siglo ha surgido una nueva corriente en la relación hombre-perro, caracterizada por pautas equivalentes al cuidado de un niño (“perrhijos”). Este esquema, favorecido por el consumismo e individualismo, es resultado del aislamiento personal, la inseguridad y la cibercomunicación, y puede llevar a trastornos psicológicos tanto en los individuos como en los perros, alertó Raúl Valadez Azúa, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

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