Y es que la supuesta apertura mostrada por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán (Iepac) para realizar el debate de candidatos a la gubernatura, junto con la promesa de realizar un evento diferente a los antes realizados, quedó en una intención y en un gasto innecesario, pues al final todo quedó en manos de la Cámara de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), mediante la televisora privada Sipse, quien determinó el contraste de ideas entre quienes aspiran gobernar Yucatán sea a puerta cerrada.
El asunto no es cosa menor, pues primero el dinero que opera el árbitro electoral es público, es decir, tanto usted, como yo querido lector, somos quienes con nuestros impuestos les pagamos a los funcionarios electorales por organizar un proceso transparente, lo cual con la encerrona que se llevará a cabo este miércoles y que sólo podrá ser vista vía televisión bajo la producción de esa televisora, deja a la opacidad terreno fértil.
Al margen de suspicacias, el no permitir la entrada a los medios de comunicación limitará las crónicas periodísticas a la visión subjetiva que desde un frío aparato de recepción da a quienes lo observan.
Además, el Iepac realizó varios ejercicios para enriquecer el debate como un foro en un conocido hotel de Paseo Montejo, con su respectiva botana mañanera, café y refrescos, que fueron pagados con dinero público.
Posteriormente, la comisión temporal que encabeza la consejera Delta Alejandra Pacheco, dio a conocer en otra rueda de prensa celebrada semanas atrás, los mecanismos de selección de los moderadores para lo cual limitaron el proceso de insinuación a dos instituciones. La primera, la CIRT que aglutina a empresas privadas, y la segunda, la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), lo que dejó de lado a otras instituciones.
Luego, organizaciones de la sociedad civil publicaron un desplegado donde criticaban la inclusión de la Red Pro Yucatán, en el comité de expertos que elegiría las preguntas que los candidatos, lo cual fue aclarado por el árbitro electoral, sin embargo, la duda ahí quedó.
Una vez realizados los sorteos de cierre y aprobado el debate, se abrió un espacio para que los medios de comunicación nos acreditáramos, con la condicionante de que nadie que no fuera parte de la producción pudiera accesar al lugar donde los candidatos intercambiarán propuestas, e incluso, acusaciones como suele ocurrir en ese tipo de eventos.
Los medios acreditados estaremos confinados en un salón donde contemplaremos en un televisor el evento ¿entonces para que acreditarnos? si al final no tendremos contacto visual con las expresiones de los candidatos cuando escuchen las propuestas e interpelaciones.
Al final, versaría la sabiduría popular “mucho ruido y pocas nueces”, pues fue la televisora la que determinó cómo, dónde, por qué, para qué y bajo qué ritmo se llevará el primer debate entre quienes aspiran a gobernar a Yucatán.
Esperemos pues que este miércoles, en punto de las 20 horas, los protagonistas le pongan sabor con propuestas y una que otra noticia reveladora que eleve la temperatura de un evento a puerta cerrada.