Sostuvo que el PRI es un partido vivo en plena competencia que tiene buenos cuadros, como los 41 alcaldes y alcaldesas de los municipios del interior del Estado que pueden hacer un buen papel en las elecciones del 2024, por lo que hay que darles nuevas oportunidades y candidaturas, sobre todo porque cuentan con la aceptación de sus pobladores. “13 de ellos están repitiendo en el cargo, inclusive, lo que demuestra que saben dar resultados”, agregó.
Recordó que no es la primera vez que el PRI se encuentra en una situación complicada, pues en el año 2000, cuando perdió por primera vez la Presidencia de la República, se pensó que desaparecería. Sin embargo, se adaptó al nuevo sistema de partidos y regresó al Poder en el 2012, viniendo de un tercer lugar en las elecciones presidenciales del 2006.
Lo que sucedió es que el regreso a la Presidencia trajo de vuelta algunas conductas de autoritarismo, como la concentración del poder, la confusión entre las actividades del gobierno con las del partido, la arrogancia de las oficinas públicas, el otorgamiento de candidaturas sin militancia y demás prácticas que ya no corresponden a un sistema político de competencia entre partidos.
“Por eso no podemos repetir esos graves errores, no pueden existir imposiciones, compadrazgos y dedazos. Esas prácticas autoritarias se debieron superar desde la primera vez que perdimos la Presidencia, pues eso es lo que provocó, entre otros factores, la situación actual”, apuntó Gaspar Quintal.
En ese sentido, recalcó que la mejor medicina para el PRI es la democracia, pues es la única manera de enfrentar a la demagogia autoritaria que amenaza a nuestro país. Enfatizó que hay que tomarla, por amarga que ésta sea, pues es la mejor alternativa para sanar los males causantes del estado en el que hoy se encuentra el partido.
“Por ende, de cara al 2024, el PRI necesita ahondar en los procesos democráticos de su vida interna, democratizar su toma de decisiones, respetar verdaderamente a su militancia, privilegiar la capacidad sobre la oportunidad a fin de que los capaces no sean desplazados por los oportunistas, evitar el centralismo y las decisiones de cúpula, tomar en cuenta las decisiones regionales y locales, defender realmente los intereses de las clases medias y populares, y exigirle a los representantes populares emanados de sus filas honestidad, resultados y rendición de cuentas”, abundó.
“El PRI tiene las puertas abiertas para los que se quieran ir y pero también para los que quieran entrar, y sobre todo, es momento de darle oportunidades a nuevos cuadros políticos capaces que cuentan con valores, honestidad, coherencia, congruencia, ideología y principios”, concluyó