La propuesta ciudadana se basa en la democratización del arte con la creación de un Bono Cultural Estatal que permita, en primera instancia, el acercamiento de las juventudes a espacios de arte, cultura y expresión, con lo cual se beneficia al becario y a los espacios culturales
“El Bono Cultural Estatal no solo democratiza el acceso para los jóvenes, sino que también impulsa el sector artístico local, apoyando a creadores y espacios que necesitan audiencia para sostenerse y prosperar”, expuso.
La iniciativa se trabajó desde un enfoque interseccional, lo que da acceso prioritario a grupos específicos al Bono.
El arte no puede ser relegado como un aspecto ornamental. No podemos hablar de libertad y de justicia si seguimos limitando la óptica del Estado a vender nuestra cultura como un producto y no a entenderla como una herramienta de transformación social”.
Acosta Escalante, recordó que el arte funge también como denuncia, provocación, innovación y reflexión. Para algunos un grito de guerra o primera señal de hartazgo. Oxígeno de los grupos esclavizados, salvavidas para nuestras lenguas originarias. Cómo protesta de las trabajadoras sexuales. Es una herramienta de lucha política.
“El arte es la herramienta más política que ha existido en la historia de la humanidad. Leía que lo que vuelva al periodismo “arte” no es lo que se cuenta, sino los cuestionamientos que cuando se pronuncian, o cuando se escriben, en realidad son signo de protesta. Mi reflexión es que hay agendas que poco le importan al típico político; y el arte es una de esas agendas relegadas”.
Exhortó a hablar de cultura y de arte como la herramienta que libera, porque en ella encontramos espacio para la expresión; y lo que no se expresa, naturalmente, nos oprime.