Bajo la batuta de su director artístico, José Areán, la máxima agrupación musical del Estado continuará consintiendo a su público con la presentación de lo mejor de su repertorio este viernes 26 de mayo a las 20 horas y el domingo 28 de mayo, a las 12 horas, en el Palacio de la Música.
La inclusión de este programa de interés del maestro José Areán es con el fin de difundir el repertorio de autores nacionales y clásicos de importancia en la historia de la música.
De Joaquín Gutiérrez Heras (1927-2012), la OSY iniciará su presentación con la interpretación de Postludio, obra que ha sido retomada también por diversas orquestas del país para honrar, con plena justicia, la memoria del destacado compositor que, además, fue buen maestro y excepcional ser humano.
Se trata de la obra del catálogo de Gutiérrez Heras interpretada con mayor frecuencia, tanto por orquestas de cuerdas como por las secciones de cuerdas de agrupaciones sinfónicas. De hecho, en la partitura destacan pasajes solistas escritos para violín y violonchelo, con claras referencias a la polifonía renacentista de la que el autor era un gran conocedor.
¿Por qué́ esta obra de Joaquín Gutiérrez Heras se llama Postludio, si no fue escrita para ser tocada al final de una obra mayor, a manera de epílogo? El compositor contestó:” porque es una obra que, existiendo en el tiempo actual, se refiere a ideas y estilos de otro tiempo”.
Es la primera obra de Gutiérrez Heras escrita entre 1986 y 1987 para cuerdas solas, estrenada el 27 de marzo de 1987 en el marco del Tercer Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México con la Orquesta de Cámara de Bellas Artes dirigida por Armando Zayas.
En 1995, unas semanas después de la trágica muerte de Eduardo Mata (1942-1995), la Filarmónica de la UNAM interpretó el Postludio de Gutiérrez Heras como homenaje al gran director de orquesta mexicano, con quien el compositor mantuvo una larga y entrañable relación profesional y personal, por lo que se trata de una partitura In memoriam, de un importante músico mexicano a otro.
La siguiente obra que ofrecerá José Areán para deleite del público es la Serenata para alientos, violonchelo y contrabajo del compositor checo Antonín Dvořák (1841-1904), misma que evoca la atmósfera de los castillos del siglo XVIII, de la época en que predominaba el estilo rococó, el gusto por los colores luminosos, suaves y claros entre la aristocracia y la plebe.
Dvořák dejó su clara impronta en la partitura, que incluye elementos del folclor musical eslavo, del que era un ferviente promotor. Está instrumentada para pares de oboes, clarinetes y fagotes, contrafagot, tres cornos, violonchelo y contrabajo. Fue dirigida por el propio autor en su estreno en Praga en noviembre de 1878.
El momento culminante de la Serenata es el Larghetto, un nocturno de contornos apasionados que nos remite a la contemplación de la luz de la luna, reflejándose en un lago, en medio de la quietud de la noche.
Para cerrar con broche de oro, la OSY interpretará una de las joyas musicales más apreciadas por los seguidores de la música del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893), la Serenata para Cuerdas, escrita en cuatro movimientos, de los que destacan el primero con reminiscencia mozartianas y el segundo, un vals, que se convirtió en una pieza popular en su propio derecho.
La Serenata se estrenó́ en un concierto privado en el Conservatorio de Moscú el 03 de diciembre de 1880. Su primera interpretación en público fue en San Petersburgo el 30 de octubre de 1881 con la dirección de Eduard Napravnik, misma que tuvo que ser repetida por la gran respuesta del público.
Antón Rubinstein, maestro de Piotr Ilich, la dirigió también, considerándola la mejor obra de Tchaikovsky.
“La Obertura (de 1812) será muy ruidosa, pero la escribí sin ningún sentimiento cálido de amor y, por lo tanto, probablemente no tendrá ningún mérito artístico. Pero la Serenata, por el contrario, la escribí por compulsión interna. Esta es una obra de corazón, de cualidades artísticas”, escribió Tchaikovsky en torno de esta su magna composición.
Los boletos (300 pesos) están disponibles en la taquilla de la OSY ubicada en el lobby del Palacio de la Música.