Dentro de la zona maya, que abarca partes de Centroamérica y el sureste mexicano, la civilización prehispánica tenía diversas formas de representar a la muerte. Entre ellas, esculpidas en vasijas, aparecen iguanas y aves en un proceso de descomposición, que simbolizan el mismo paso que da el cuerpo humano al perder la vida, dijo.
Algunos enterraban a sus muertos, en otros, sobre todo en la zona de Palenque, a los gobernantes se les edificaban pirámides a su alrededor, y también existía la costumbre de quemar los cuerpos para colocarlos en vasijas grandes, expresó.
“Debido a que la llegada de los españoles fue cuando la civilización maya había perdido poder, es difícil precisar cómo eran los ritos durante los casi 2 mil años previos”, indicó.
Los frailes, continuó, escribieron que los mayas tenían un excesivo temor a la muerte y las partidas les dolían, pero también había respeto hacia la muerte.
LA COLONIA
Muchos cementerios han desaparecido bajo jardines y concreto en las iglesias de Yucatán, dijo en su intervención Raúl Rivero Canto, investigador especializado en arquitectura.
Actualmente, la gente come sobre huesos de muertos en el atrio de la iglesia de Santa Lucía, expresó.
“En 2006 se construyó una oficina ahí y aparecieron los muertos, tras bendecirlos fueron regresados a sus tumbas. En 2011 cambiaron la cámara del atrio y aparecieron más cráneos. Eso ocurre comúnmente en varias iglesias de Yucatán que son remodeladas”, comentó Rivero Canto.
Lo que ocurrió es que durante la Colonia las tumbas estaban dentro de la iglesia, pero por una cuestión de higiene (olía la putrefacción), fueron sacadas a los atrios de las mismas. Al pasar el tiempo y con las Leyes de Reforma que obligaron al Estado a encargarse de los muertos, las iglesias dejaron de enterrarlos en sus terrenos sagrados.
Los cementerios son la frontera entre los vivos y muertos, delimitada por los muros y puertas, reconoció. Algunas iglesias en Mérida, Hoctún, Oxkuztcab y Teabo tienen esos terrenos donde están enterrados los muertos, pero se han ocupado para actividades al aire libre que organizan los feligreses, mencionó.
CEMENTERIO GENERAL
Durante el siglo XIX, el Cementerio General de Mérida fue el principal depositorio de cadáveres afectados por las dos epidemias de cólera que causaron miles de muertes en la ciudad, recordó Limbergh Herrera Balam, arquitecto especializado en ese lugar.
“Detrás de la casona principal, sobre el terreno hay muchos cadáveres que fueron arrojados a las fosas comunes que se crearon debido a esa epidemia, explicó.
El cementerio es una ciudad dentro de una ciudad, en la que residen toda clase de habitantes de Mérida con distintos estilos arquitectónicos que van desde el francés e italiano hasta las casas mayas.
Actualmente, se trabaja en un programa para la catalogación de los mausoleos, y la restauración de varios, pero es difícil porque las familias han olvidado a sus muertos, reconoció.
Para ello, sostuvo, se requiere de mayor difusión de la importancia y el valor histórico del cementerio. (Paul Antonie Matos)