Originario de la comisaría de Dzibikak, Umán, arribó a Mérida la tarde de ayer, en el Aeropuerto Internacional “Manuel Crescencio Rejón”, donde fue recibido por el director del Instituto del Deporte del Estado de Yucatán (IDEY), Carlos Sáenz Castillo, y Astrid Novelo Rosas, directora de Alto Rendimiento, así como su madre y hermana.
Fue un momento emotivo el que se vivió en la terminal aérea, el pesista lloró en los brazos de su madre, Magdalena Facundo Pérez, cuando la vio en la salida de pasajeros en la terminal aérea, ambos se fundieron en un abrazo que se alargó por algunos segundos.
Y tenía muchos motivos para llorar, tenía bastantes meses de no ver a su madre, pero también la nostalgia de estar en otro país, lejos de casa y de toda la gente que él quiere.
Entrevistado al respecto, el pesista señaló que esta presea de bronce tiene sabor a oro por el esfuerzo que se tuvo que hacer para conseguirla, “fueron meses de entrenamientos, de viajes, de ausencias”.
“Agradezco a mi madre por todo lo que ha hecho conmigo y es quien ha estado junto a mí en los momentos más difíciles”, dijo mientras le entregaba a su madre un ramo de flores que momentos antes, Novelo Rosas, le obsequió a su llegada.
Canul Facundo arribó a la capital yucateca, acompañado del entrenador Lázaro Medina.
Para el entrevistado éste fue un bronce con sabor a oro y señaló que para alcanzar la presea dorada le hizo falta un poco más de preparación ya que algunos de sus rivales, se dedican exclusivamente al entrenamiento y él tiene que dividirse entre la escuela y el gimnasio.
Tras haberse consagrado como el primer yucateco que gana una medalla en unos Juegos Olímpicos, Canul Facundo dijo que ahora toca apoyar a otros municipios, incluido Dzibikak, Hunucmá, Tekax, Valladolid, donde hay mucho talento.
También agradeció a su entrenador Félix Molina por haberlo formado y estar también cerca de él.
“Escuchar mi nombre al subir al podio, me hizo muy feliz, fue un sueño que se convirtió en realidad ya que desde que comencé esta travesía llamada pesas, mi sueño era escalar el podio y se logró”, comentó.
Agregó que ahora se preparará para el mundial juvenil que será el año próximo y el Panamericano de mayores en busca del sueño para asistir a unos Juegos Olímpicos.
Será un proceso muy difícil ya que enfrentaré a la élite de la halterofilia de la región, sin embargo, me prepararé para alcanzarlo.
Detalló que para llegar a Buenos Aires fue un largo proceso, un mes en Guanajuato, otro mes en Perú, con la selección, pero se alcanzó el objetivo, la medalla.