El especialista, quien ha dedicado gran parte de su vida a explorar y sanear cenotes, dijo que la mayoría de los accidentes en muchas ocasiones mortales, como este caso, son producto de la falta de protocolos de seguridad, ya que todos quienes acuden a estos lugares deberían hacerlo con los respectivos chalecos salvavidas.
Ubicado en la comisaría de Pixyah del municipio de Tecoh, el cenote Noh Mozón es uno de los cenotes más emblemáticos de Yucatán, y es visitado por cientos de personas cada semana.
Su profundidad mínima es de escasos siete metros y la máxima alcanza más de 24 metros.
En documento publicado en 2012, Grosjean Abimerhi expone que "está plenamente documentado que los cenotes se caracterizan por tener circulación acuífera que se alimenta de las lluvias, y aunque mucho se ha hablado con respecto a que poseen corrientes capaces de absorber a personas, animales e incluso árboles y casas que se ubican a sus orillas, en el presente sabemos que esto no corresponde a la realidad, pues esta corriente es casi imperceptible".
"Y la gente que experimenta un accidente, es generalmente por falta de pericia, precaución, imprudencia o seguridad, pues las estadísticas nos han demostrado que las personas que se han ahogado en un cenote es comúnmente por tres razones: por falta de entrenamiento en el nado, por exceso de confianza, o por congestión alcohólica; aunque ocasionalmente es una combinación de esos factores", agrega.
No obstante, vale la pena mencionar que también hay accidentes de otra índole, como caer al espejo de agua por descuido, aunque ese tipo de sucesos son muy contados. (ACOM)