Como hemos informado, desde hace casi dos meses, la jueza Miriam Cámara Patrón, resolvió la suspensión definitiva y que se paralice el funcionamiento de la granja, pues pobladores, en representación de seis niñas, niños y adolescentes del municipio, presentaron un juicio de amparo al considerar que con la operación de ese sitio se violan sus derechos a un entorno sano, la salud, y el acceso al agua, entre otras.
Ni la empresa Producción Alimentaria Porcícola (PAPO), ni el gobierno del estado, ni el Ayuntamiento de Homún, habían cumplido con suspender el lugar, por lo que la jueza estableció un ultimátum para que cierren las puertas este fin de semana, de lo contrario estarían cometiendo un delito y serían denunciados ante el Ministerio Público de la Federación.
Este sábado se observó en este municipio que llegaron varios camiones para transportar esos animales y de esta manera sacarlos del sitio. Los pobladores de inmediato tomaron fotografías y grabaron videos del acontecimiento con sus teléfonos celulares.
Los habitantes narraron que se sintió un fuerte olor a excremento cuando las unidades repletas de puercos pasaron por las calles del pueblo.
Se presume que los camiones pertenecen a la compañía Kekén, que como se sabe, a mediados de octubre manifestó por escrito a la jueza ser dueña de los cerdos de la granja de PAPO. En esa ocasión informó que requeriría tres semanas para retirarlos y de esa manera garantizar que los animales no mueran, pero tampoco había cumplido con la orden judicial.
Se calcula que en la mega granja se criaban más de 30 mil cerdos, los cuales tienen que ser desalojados y no volver a ingresar, en cuanto finalice el proceso judicial por este controvertido caso.
Ayer por la tarde, personal de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) llevó a cabo la orden de clausura temporal de la mega granja porcícola de Homún. Al colocar los sellos de suspensión, avisó al representante de la empresa que tenía un plazo máximo de 15 días hábiles para sacar los animales.
Como se sabe, pobladores de esta localidad, la agrupación Ka’anan Ts’onot (Guardianes de los Cenotes) y la asociación Grupo Indignación han luchado jurídicamente desde hace dos años para impedir la operación de la granja, argumentando que dañaría su medioambiente y el agua de subsuelo, además de que al construirse este mega proyecto sin consultarles no se respetó su libre autodeterminación como pueblo indígena. (Con información de hazruido.mx)
