En entrevista, indicó que, junto con Guillermo Mario Solís Guillermo, asesoran a los habitantes de San Antonio Chel, en un juicio contra el Ayuntamiento de Hunucmá, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) de Yucatán, pues incumplen sus obligaciones constitucionales en materia de protección al medio ambiente y de sus derechos como comunidad maya.
Carlos Escoffié recordó que desde el pasado 15 de abril, habitantes de la comunidad maya de San Antonio Chel, ubicada en Hunucmá, acudieron a los recintos del Poder Judicial de la Federación para presentar una demanda en contra de distintas autoridades por permitir la operación de una granja bovina con cientos de vacas que contamina el agua subterránea de la zona.
Ahondó que existe evidencia de que alrededor de 900 vacas vierten agua con excremento al sistema de cenotes de la zona sin ningún tipo de tratamiento o de control, por lo que es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto.
Apuntó que, desde el inicio de las operaciones de la granja, los habitantes de San Antonio Chel se dieron cuenta que el agua empezó a oler mal. En un principio, buscaron entablar un diálogo con gobiernos y empresas responsables. Sin embargo, a pesar de promesas y acuerdos tomados que terminaron por incumplirse, la granja sigue operando y contaminando el subsuelo.
De acuerdo con el litigante, los habitantes de ese lugar le expresaron que dicha zona es “muy vulnerable” a actividades realizadas por granjas debido a la conexión de los cenotes con grandes tomas de agua de la zona que son utilizadas por habitantes de esa comunidad maya.
Escoffié Duarte apuntó que la información proporcionada por la Conagua y la SDS apunta a que la granja opera sin todos los permisos requeridos.
“El caso de San Antonio Chel no es un caso aislado, sino que es reflejo de un modelo de industria ganadera que está amenazando el medio ambiente en distintas comunidades de la Península de Yucatán”, advirtió.
Dijo que las y los habitantes de la comunidad denuncian que la SDS y Conagua permiten que la granja opere a pesar de que la zona en la que se encuentra es declarada por el Programa de Ordenamiento Ecológico y Territorial del Estado de Yucatán (Poety) y el Programa de Desarrollo Urbarno (PDU) de Hunucmá como incompatible para ese tipo de ganadería.
Precisó que San Antonio Chel es una hacienda que depende primordialmente del campo y de pequeños comercios, por lo que esa comunidad, así como en todo el municipio de Hunucmá, el agua es un recurso vital no solo para el consumo humano, sino también para la agricultura, la apicultura, la actividad turística en las playas y hasta para una famosa empresa cervecera.
Finalmente, indicó que el próximo martes, el Juzgado Segundo de Distrito decidirá si otorga la suspensión definitiva, la cual duraría durante todo el juicio de amparo hasta que se emita sentencia.