Rodríguez Pisté afirmó que, entre las contestaciones de Sayda Rodríguez Gómez a la demanda de ejidatarios contra la granja porcícola de Kekén, la titular de la SDS les ha declarado que a ella ni a la secretaria no le corresponde realizar estudios.
El 20 de marzo, los miembros del ejido de Kinchil interpusieron demandas ante las autoridades ambientales federales, ya que encontraron que las tuberías de una granja porcícola de Kekén tiraban agua residual, presumiblemente sin tratamiento, dijo. Son acompañados por Equipo Indignación.
“Es cansado, lleva tiempo, un proceso. Somos campesinos, apicultores, estamos ante una empresa muy poderosa económica y políticamente hablando”, expresó.
Afirmó que, desde el ángulo capitalista de la empresa, solo buscan multiplicar sus ganancias y economía.
“Del otro ángulo, donde vivimos nosotros, otro escenario, se agrede al agua, al manto freático”, advirtió. Los trabajadores de la granja hacen un trabajo que no les gusta, de 12 horas cobrando solo ocho y los despiden por cualquier motivo para que no generen antigüedad, añadió.
La contaminación está en todos lados, dijo.
“En Celestún, con las corrientes subterráneas y la fragilidad de los manglares y la ría, llegan las excretas de cerdos más medicamentos que les ponen”, enfatizó.
“Sabemos, todo el mundo sabe, es cosa de poner atención. Si llegan a entrar a tuberías de Celestún todo colapsará, la economía, la pesca y el turismo, nos obligarán a movernos a otras poblaciones”, manifestó.
Dijo que hay un cenote que alimenta a Celestún, a seis kilómetros de la granja porcícola de Kekén, por lo cual se corre el riesgo de dañar el manto acuífero del municipio costero.
“La granja de Kinchil está operando, todos los días se vierte agua en el monte. El tesoro más grande de Kekén son sus tuberías donde eliminan las aguas residuales, protegidas y vigiladas”, afirmó. (Paul Antonie Matos)
