El menor de edad, originario de Yucatán, fue acompañado por sus abuelos, los padres de Ángela, a Monterrey para citarse con un especialista de salud para un tratamiento (la madre solicitó discreción respecto al mismo) con un valor superior a cinco mil pesos. El domingo le fue entregado y, debido a que incluía líquidos mayores a 100 mililitros, decidieron documentar su equipaje para evitar que en la revisión de seguridad fueran retirados.
Su padre, Licinio Moreira, se acercó con el área de atención de VivaAerobus en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México y ahí le dijeron que tardarían entre 24 y 48 horas para informarle de la situación, aunque existe la posibilidad de que no se resuelva el destino de los medicamentos.
La familia realizó el reclamo de equipaje, con el reporte número 4568, firmado por una funcionaria de VivaAerobus. Ángela intentó varias veces comunicarse con las oficinas para resolver la situación, sin embargo en muchas ocasiones no fue atendida, en otras le colgaron y, por último, un miembro de la aerolínea le dijo que la situación se ha repetido y la línea de atención telefónica falla.
La madre solicitó discreción respecto al tipo de medicamentos, al ser menor de edad, pero enfatizó en la importancia de que aparezcan. Entre el equipaje perdido también hay ropa y cosméticos.