En un texto enviado a la redacción de ROMPECABEZA los artesanos recordaron que con la finalidad de detener la pandemia del coronavirus, su sitio de trabajo, Chichén Itzá, fue cerrado por parte de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para evitar aglomeraciones de personas.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el INAH ordenaron que a partir del día 20 de marzo de este año 2020 se cerró la zona arqueológica de Chichén Itzá hasta nuevo aviso, para evitar contagios masivos, por lo que tomamos la decisión de no ingresar a la misma para desempeñar nuestra labor del comercio de artesanías.
Señalaron que de la venta de artesanías, alimentos y otros insumos dependen más de 10 mil personas de las comunidades de Pisté, Xcalacoop, San Felipe, San Francisco, Popolá, Dzitás, Xocempich, Libre Unión, Ticimul, Yaxcabá, Chankom, entre otras, que dependen económicamente del trabajo de las más de 2 mil artesanos, cargadores y demás prestadores de servicios.
“La población afectada por nuestro desempleo es muy alta por ser dependientes nuestros, donde la gran mayoría de nosotros vive al día y no contamos con seguro médico del IMSS u otro similar, por lo que en caso que si alguno de nosotros enfermara de un caso grave, necesitaría erogar fuertes cantidades de dinero que no disponemos para tratar de salvar la vida”, cita el texto.
Ante tal situación, expone el documento, reiteraron su solicitud al al gobierno para que les sea aportado un apoyo de 750 pesos semanales y una despensa para cada uno de las dos mil 66 personas que dependen de la zona arqueológica.
Los afectados aseguraron que existe una gran preocupación entre las personas que dependen económicamente de los ingresos que genera la venta de artesanías toda vez que las autoridades federales no les han informado hasta cuando se mantendrán las medidas de contingencia en ese lugar.
En su documento los comerciantes también expusieron otras exigencias como la expropiación de 746 hectáreas de terreno de la zona arqueológica que son aún propiedad de la familia Barbachano, también demandan que los habitantes mayas de la entidad sean exentos del pago para ingresar en cualquier zona arqueológica abierta al público.
"Pedimos que las autoridades del INAH y/o las que correspondan nos reconozcan formalmente nuestro espacio de trabajo acostumbrado, como lo están los artesanos de la zona arqueológica de Teotihuacán, quienes cuentan con credenciales y acuerdos firmados entre las autoridades del INAH y el presidente mnicipal del lugar. Actualmente estamos expuestos al sol y la lluvia y requerimos de espacios dignos que estén acordes al entorno arquitectónico del lugar”, cita el documento.
Asimismo, los oferentes exigen que el 15 por ciento de los ingresos que son captados tanto por el INAH como por el Gobierno del Estado se destinen para el desarrollo del municipio de Tinum.