En el derrotero, que abarcó más de 13 cuadras desde el Cementerio hasta el Barrio de San Juan, participaron más de 500 ánimas representativas de niños, adultos y personas de la tercera edad, quienes caminaron a paso lento durante la procesión, que inició luego de encender las veladoras al pie de la casona principal, donde previamente también tuvo lugar la tradicional ceremonia maya.
Como parte de las innovaciones de este año se amplió un poco más el derrotero hacia el Sur, sobre la calle 66 con 97-A.
En total se colocaron 232 altares a lo largo del trayecto para amenizar el paso de las Ánimas con música prehispánica y ofrendas y resaltar aún más la tradición, cultura e identidad regional que perdura en la capital yucateca.
Vecinos del lugar aprovecharon la ocasión para colocar sus altares en las puertas de sus hogares y compaginar con la jornada nocturna que incluyo actividades artísticas y culturales con espectáculos acordes a la ocasión para el disfrute de los visitantes.