Mediante una publicación en sus redes sociales virtuales, ofreció el testimonio del infierno que vivió de manos de ambos funcionarios, durante su estancia en la dependencia estatal, al igual que el resto de sus compañeros trabajo.
“Todas las ocasiones en que el secretario particular Daniel Martínez abusó de sus funciones para acosarme laboralmente se lo comuniqué a la directora Marite Boehm, quien era mi jefa directa, y nunca se tomaron sanciones administrativas ni medidas de ningún tipo”, ahondó.
Narró que el pasado 9 de mayo del presente año fue insultado mediante gritos por el secretario particular de la directora del DIF Yucatán durante un evento del Día de la Madre, en la colonia Alemán, por lo que buscó que se le instaurara un procedimiento administrativo contra el citado funcionario ante la titular de la dependencia.
Señaló que en su denuncia narró la violencia sistémica en su contra por parte de Daniel Martínez, misma que sufren aún sus compañeros de trabajo, sin embargo, su petición nunca fue atendida.
“La directora Marite Boehm, el jueves 11 de mayo decidió llamarme a una reunión en la cual antes de entrar me pidió dejar mi celular y en dicha plática me dijo que lo que le pedí no iba a proceder y que no sabía qué hacer exactamente ante la situación, a lo que yo le dije que era simplemente tomar medidas para sancionar a Daniel Martínez como a cualquier otro colaborador y ante esto ella reconoció que es de su conocimiento las violencias que ejerce Daniel Martínez”, abundó.
Añadió la titular del DIF Yucatán le expuso que Martínez Domínguez era su mano derecha y que "sancionarlo era como sancionarse a ella misma", por lo que lo iba a proteger aun sabiendo que está mal.
“Por todo lo anterior acudí a la Comisión de Derechos Humanos y ante el Centro de Conciliación Laboral para proceder conforme a derecho por el acoso laboral ejercido hacia mi persona”, expuso.
Precisó que tras ejercer sus derechos, Boehm Calero, dio instrucciones para presionarlo a firmar su renuncia, lo cual no realizó, empero, personal del área administrativa y jurídica le comunicó que a partir de ese día ya no pertenecía al DIF Yucatán y que estaba despedido.
“Reitero que creo firmemente que la dignidad humana y los derechos humanos son lo primero, y que se pueden crear trabajos dignos y espacios libres de violencias, y es nuestro deber luchar por la justicia y la dignidad aunque sea el camino más difícil, más siendo parte de una institución pública como el DIF Yucatán que debe estar totalmente en contra de las malas prácticas, por lo que resulta incongruente proteger a personas que ejercen violencia de manera sistémica”, concluyó.