La manifestación fue encabezada por Ligia Canto Lugo, madre de la activista Emma Gabriela Molina Lugo, asesinada hace más de un año presuntamente por órdenes de su esposo Martín Medina Sonda, quien enfrenta un juicio por el delito de feminicidio en la capital yucateca.
Tras caminar por la acera de la calle 62 de sur a norte, Canto Lugo hizo un llamado a la sociedad y a las autoridades a no permanecer pasivas ante la violencia feminicida que se ha acrecentado en los últimos años.
“No podemos seguir indiferentesn, no importa el estatus social, todos somos seres humanos, todos sentimos, todos tenemos familias, que el amor nos mueva, que el dolor nos mueva y que nos una para que las autoridades cuando sepan de alguien como lo marca la ley, cuando estés enterado de un maltrato a menor tú tienes que actuar de manera oficiosa, esas autoridades que están en los pueblos, en las comunidades tienen que estar preparadas para que sepan que tienen que actuar“, expresó.
Anunció que los abogados que llevan el caso de su hija se ofrecieron para asesorar de manera jurídica a los padres de familia de la niña Ana, violentada sexualmente y asesinada en Tadhziú hace apenas unos días.
Proceso de olvidados
En el lugar se encontraba la activista Karen Montiel, quien se identificó como enlace en Yucatán del comité Latinoamericano y del Caribe para la defensa de las mujeres, quien afirmó que la poca asistencia a la marcha se debe a un proceso de normalización y olvido que actualmente enfrenta la sociedad mexicana en materia de violencia.
Apuntó que se buscó partir del parque de San Juan debido a su alto simbolismo en torno a las personas de escasos recursos que ahí convergen todos los días.
Finalmente, señaló que lo sucedido en Tahdziú fue el culmen de un proceso de impunidad relacionado al abuso que la familia del agresor realizó por la solidaridad existente en el pueblo como parte de los usos y costumbres existentes.