Los policías les llevaron obsequios en su día y les agradecieron que sigan cuidando de sus familias durante la cuarentena.
Los convoyes de vehículos policiales, de cuyos altoparlantes no salían indicaciones de tránsito o de seguridad, sino música infantil, recorrieron las calles en compañía de alegres botargas; las familias salían por un momento de sus casas solo para que los pequeños tomaran sus regalos.
Mujeres y hombres policías, que por unas horas dejaron las rutinas de vigilancia y demás relativas a sus funciones, felicitaban a la niñez y reiteraban el exhorto a madres y padres de familia para quedarse en casa cuando salir no sea esencial.