La resolución judicial se dio tras un largo proceso en el que se acreditó la falta de pruebas suficientes para establecer su culpabilidad.
El caso ha sido uno de los más emblemáticos en México por las múltiples irregularidades procesales, denuncias de tortura y por el montaje mediático que rodeó su detención.
Israel Vallarta fue detenido el 8 de diciembre de 2005 junto con la ciudadana francesa Florence Cassez, en un operativo que fue presentado en televisión nacional como una captura en tiempo real.
Más tarde se reveló que dicho operativo había sido escenificado por autoridades federales, lo que generó una crisis de credibilidad en las instituciones de seguridad y justicia.
Ambos fueron acusados de formar parte de una supuesta banda de secuestradores conocida como “Los Zodiaco”. Sin embargo, mientras Cassez fue liberada en 2013 tras un fallo de la Suprema Corte que reconoció violaciones graves a su debido proceso, Vallarta permaneció en prisión sin que se dictara sentencia en su contra por más de 19 años.
Durante su encarcelamiento, Vallarta denunció en múltiples ocasiones haber sido víctima de tortura física y psicológica para autoinculparse. Organismos nacionales e internacionales de derechos humanos respaldaron sus denuncias, e incluso se promovieron recursos judiciales para revisar su situación legal, ante lo que se consideraba una violación prolongada de sus derechos fundamentales.
En los últimos años, el caso cobró nueva relevancia por la exigencia de justicia y por el impacto que tuvo en el debate nacional sobre la prisión preventiva oficiosa y el uso de montajes mediáticos como estrategia política y judicial.
La sentencia absolutoria
La jueza federal a cargo del caso dictó una sentencia absolutoria al considerar que no existían elementos válidos que demostraran la participación de Vallarta en los hechos delictivos que se le imputaban.
Además, se determinó que muchas de las pruebas presentadas estaban viciadas por irregularidades en la forma en que fueron obtenidas, entre ellas confesiones bajo coacción.
La orden de libertad inmediata fue comunicada la noche del 31 de julio, y se prevé que en las próximas horas Israel Vallarta abandone el penal en el que ha permanecido desde 2005.
